Durante la primera semana de las campañas para la presidencia municipal de Querétaro se ha observado una verdadera avalancha de propuestas para diferenciar las distintas candidaturas y asegurar su nicho de mercado electoral. Al parecer, los candidatos enfrentan una falsa disyuntiva entre presentar una oferta que venda y una oferta que sirva realmente a la ciudadanía. Si se opta sólo por la mercadotecnia, se puede caer en el error de ofrecer algo que no es factible o necesario y dejar fuera asuntos verdaderamente importantes para el desarrollo integral de la ciudad. Si se presenta una oferta electoral de asuntos esenciales, se piensa, podrían no ser tan vendibles electoralmente y quedar fuera, almacenados, como saldos del destino, además de no lograr los votos necesarios para el triunfo.
La solución se puede encontrar en los diagnósticos que se hagan sobre los distintos temas que constituyen los rezagos u obstáculos para el bienestar presente y futuro del municipio. Estos diagnósticos tienen una profundidad diferenciada, que puede ir desde los enfoques de concepción de la ciudad, hasta temas muy concretos como el sueldo del policía.
¿Qué tipo de ciudad es viable, factible y congruente con la historia y con la identidad hacia el futuro? ¿Qué sociedad queremos construir? ¿Continuidad o cambio? Ante tales disyuntivas, se impone un diagnóstico macro, donde se observen con mayor claridad los efectos de las políticas neoliberales en el Municipio de Querétaro.
Es el desarrollo urbano el ejemplo más claro de una visión macro, éste se ha caracterizado hasta ahora por entender y gestionar la ciudad como un ente económico, privilegiando la obtención de beneficios financieros sobre la dimensión social. El urbanismo neoliberal comprende los siguientes campos: Gubernamental, económico, territorial y social. El gubernamental se expresa en las alianzas del gobierno con las empresas con modelos y lenguajes empresariales y la privatización de los servicios públicos. Por ello es urgente la separación del gobierno de los negocios, no son lo mismo.
En lo económico se ha dado una promoción de la ciudad como ente económico competitivo y la especulación inmobiliaria como prioritaria. Se ha privilegiado el auto particular en detrimento del transporte público y se hicieron obras con enormes recursos económicos en vez de obras para un transporte público eficiente y medios de transportación alternativos al auto, tan necesarias y urgentes para la mayoría de la población que no tiene auto y para el medio ambiente. Al Municipio y al Estado les corresponde una labor de planeación conjunta de la movilidad, conectividad, seguridad, vialidades y rutas alimentadoras, así como la promoción de transportes alternativos y sus vialidades específicas para asegurar el mejoramiento de la comunicación de la ciudad y del estado.
En cuanto a lo territorial, el neoliberalismo se ha caracterizado por la dotación de atributos de centralidad a espacios periféricos y la configuración de una estructura urbana en forma de red generando una polarización socio-espacial, al desplazar el centro, las edificaciones del centro histórico pierden competitividad y valor (así tenemos un centro abandonado y con problemas históricos que hacen peligrar su status de patrimonio de la humanidad), que se emplazan como nodos en los circuitos de movilidad de capitales financieros, mercancías, conocimientos y personas. Se ha incentivado a las anteriores administraciones públicas a gastar recursos que a la postre benefician al capital financiero, pero no a la población mayoritaria, con lo que se amplía la brecha entre ricos y pobres.
Es posible y deseable un crecimiento equilibrado, en lo urbanístico y en lo económico que tome en cuenta las necesidades de los pobres, de ahí la importancia prioritaria del transporte público y de un cambio de visión urbanística a partir de una dimensión metropolitana que contemple la movilidad, la conectividad, la seguridad y los espacios de recreación, empleo y vivienda interconectados, así como la distribución espacial de la industria, en un ámbito más amplio que los límites municipales.
La gentrificación es la política neoliberal que implica el desplazamiento de personas de bajos ingresos por otras de mayores ingresos, por las inversiones públicas que se aplican en diversas zonas para hacerlas “más competitivas” y desviando grandes recursos en obras para tales efectos. En otras palabras, se trata de procesos de exclusión espacio-social de la población de menores recursos. Pues eso es lo que han hecho las administraciones del PRI y del PAN en Querétaro, por eso la oferta política de MORENA debe ser diferente, debe buscar un cambio que rectifique, con una visión social, el crecimiento urbano y económico de nuestra capital.
La acumulación de capital no es una condición suficiente para el crecimiento, es preciso incorporar el capital humano y, dentro de éste, el capital de conocimientos mediante la capacitación y la formación para que mejore la situación de cada ciudadano.
En otro momento se hará el análisis de los diagnósticos sociales y de la seguridad. ¿Usted qué opina? Hay que ver entre líneas las ofertas políticas de los candidatos.