Desde hace algunas columnas he reiterado la importancia de este proceso electoral que estamos viviendo por el número de cargos que se decidirán en las urnas, por el la cantidad de partidos políticos que lograron entrar a la contienda y por la inmensidad de jóvenes que adquieren la mayoría de edad para poder ejercer el más alto honor de toda la ciudadanía que es el poder decidir, ser partícipe del futuro de su estado y su nación.
En Querétaro la contienda pinta gloriosa, no por quien obtenga la mayoría de votos sino porque por primera vez después de mucho tiempo y eso sí, gracias al movimiento feminista en México y en especial a las defensoras de la paridad en todo, hoy vemos en la boleta electoral a 7, ¡Sí! a 7 mujeres que han iniciado este camino para llegar a la Casa de la Corregidora, a la casa de quién nos abrió un lugar en la historia a todas.
Algunos dirán que muchas de ellas no tienen posibilidades de ganar, pero se equivocan, ellas ya ganaron por el simple hecho de poder participar y al enviar un mensaje a las niñas queretanas más potente que el de barbie el cual es que: “ellas pueden ser lo que quieran ser, incluso aspirantes a dirigir un estado de más de 2 millones de habitantes”. Pero la lucha por combatir la violencia contra nosotras y garantizar el goce pleno de nuestros derechos no es cuestión individual, por ello las candidatas están llamadas a ejercer sororidad activa y efectiva en éstas elecciones, las feministas queretanas de los partidos políticos ya no esperamos nada, pero de ellas sí. Las exhortamos a trabajar en competencia pero unidas, es decir sin caer en la denostación ni en la violencia política entre ellas, el llamado es a comprender el momento histórico del que están siendo protagonistas y con base en ello mantenerse a la altura de las circunstancias.
Pero sin duda el mayor reto y compromiso que tienen es ser sororas con las miles de queretanas que viven en la entidad y que han sido víctimas de violencia de género, no olvidemos que Querétaro pertenece al top diez en varios delitos contra las mujeres, de acuerdo con Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Púbica tan sólo en Enero de este año ocupamos el deshonrroso lugar 9 por violación equiparada, así mismo por el delito de acoso y hostigamiento estuvimos dentro del ranking de los 10 estados con más llamadas relacionadas con estos actos. Y ni hablar de las niñas que han vivido violencia sexual infantil, cuyos casos permanecen sin solución o aún en silencio. Tienen la oportunidad de hablar por aquellas que desde la clandestinidad de un aborto se han jugado la vida porque el Estado sigue negando el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos. Desde éste espacio a ellas, a las candidatas, quiero pedirles que no ignoren a las miles de mujeres víctimas de violencia digital, que jamás se vaya de su mente y corazón que por esta violencia Rosabelina ya no se encuentra con nosotras, que no olviden a todas las que siguen esperando por más de dos años a que policía cibernética de algo de luz en sus carpetas de investigación por acoso en modalidad digital.
Esperamos de todas las candidatas ver propuestas reales, tangibles, viables y posibles para combatir esta pandemia que vivimos desde hace siglos: la violencia contra nosotras en todos los ámbitos.
La Sororidad no es sólo una palabra que suena bonito es un ejercicio diario, es reconocernos, cuestionarnos y buscar soluciones como colectivo, hacemos votos para que las que hoy están queriendo dirigir el estado hagan honor a las ancestras que nos dieron el derecho humano de participar en política, esperamos rompan los pactos patriarcales y desde su espacio de poder decidan ponerse de nuestro lado, para que cuando las queretanas, las diosas o la historia les juzguen jamás se pueda decir que decidieron abandonarnos a todas. Al decir de Vivir Quintana que cuando presenten sus propuestas y durante toda la campaña: “Retumbe en sus centros la tierra al sororo rugir del amor”.