Con el cierre total de la Avenida Zaragoza, entre Colón y hasta Luis Pasteur, el Centro Histórico colapsó.
Y es que, aunado al fuerte movimiento comercial que genera el Mercado Escobedo con la Plaza de la Tecnología y los pequeños negocios asentados a lo largo de Zaragoza, se mezcló el 14 de febrero y el arranque formal de las obras pluviales por parte del Municipio, anticipándose a la temporada de lluvias, que empieza en mayo.
Mientras algunos usuarios del transporte público deambulaban en las inmediaciones de la Alameda Hidalgo buscando la parada de camiones, miles de automovilistas que circulaban a vuelta de rueda en dirección a Los Arcos eran desviados a la derecha, por la calle de Colón, y de ahí hasta
Constituyentes.
Quienes pretendían salir del corazón de la capital por Juárez, no tuvieron la mejor de las suertes. Fueron obligados a incorporarse a Zaragoza para tomar rumbo a la Avenida 5 de Febrero, o si lo preferían, doblar en el retorno de Zaragoza con Ignacio Pérez.
Las plataformas de movilidad como Waze o Google Maps desviaron a los usuarios hasta 9 kilómetros de su ruta original para poder sortear el tapón que generaron las obras en la Alameda Hidalgo, donde rasuraron el viejo tope de cantera que en temporada de lluvia se convertía en un dique conteniendo el agua que baja por Corregidora y Pasteur en temporada de lluvias. Ahí, se instala un colector pluvial. Todo entre letrinas, calor, polvo y el golpeteo de los rotomartillos
hidráulicos.
Los comerciantes de la zona, molestos porque aún no se recuperan del boicot que se generó a sus ventas del 5 de enero, lamentaron que en otra fecha tan importante para ellos, como lo es el Día del Amor y la Amistad, se diera el cierre total de la avenida, cuando lo que se había anticipado por parte del Municipio de Querétaro es que habría cierres parciales.
Por lo pronto, el Municipio trabaja a marchas forzadas en la Alameda Hidalgo para evitar más plazos vencidos.
La obra ya causó retraso con el cese de un director de Obra Pública y con la rescisión de contrato y demanda al principal contratista de la obra.
FERNANDO VENEGAS RAMÍREZ