“Nací en la ciudad de México el 10 de mayo de 1935, fui el hijo sexto y último de la familia. Cursé mis estudios en una escuela lasallista desde preprimaria hasta la preparatoria, y terminé en el año de 1952. Para continuar mis estudios, elegí entrar a la Universidad Nacional Autónoma de México, a la carrera de ingeniero mecánico electricista, en el año de 1953. Cursé el primer año en el Palacio de Minería de la misma Escuela de Ingeniería, en la calle de Tacuba en la ciudad de México. Para 1954, fue inaugurada la llamada Ciudad Universitaria y todos los que estábamos cursando en esa carrera, empezamos nuestro segundo año en Ciudad Universitaria, hasta donde terminé la carrera de ingeniero mecánico electricista, haciendo mi examen profesional en 1959 y me recibí en 1960.
Dentro de mis estudios adicionales, en 1972 fue un programa avanzado de administración de la Universidad Harvard; en 1984 una especialidad en administración financiera del Instituto de Banca y Finanzas también en la ciudad de México y he tenido diferentes cursos relacionados todos con la industria, con la administración y con finanzas. He tenido también el grado de académico de número de la UNAM en ingeniería, pero en el ramo de ingeniería industrial, eso fue en 1988 cuando presenté un programa especial de círculos de calidad en donde fui aceptado en la academia de ingeniería y soy académico de número.
Dentro de los trabajos que he tenido, fue en 1959 que entré a una empresa denominada Nacional de Cobre en la ciudad de México, donde me inicié como jefe de turno de producción. Dos años después, me nombraron gerente de ingeniería industrial donde tuve la fortuna de implantar en la empresa a base de tiempos y movimientos un programa de incentivos el cual deje funcionando al retirarme de la empresa en el año de 1964.
El 1 de octubre de ese mismo año, entré a la empresa Transmisiones y Equipos Mecánicos S.A. de C.V. en la ciudad de México con el grado de comprador, y me dieron la planta a los treinta días y empecé a aplicar Querétaro como contacto con la ciudad de México respecto a lo que se requería de compras a la fábrica en el estado.
En vista de que mis jefes estaban satisfechos con mi trabajo, me trasladé a la ciudad de Querétaro el 1 de enero de 1965, con toda mi familia que en ese tiempo era una mujercita de dos años y medio y un varoncito de seis meses. Con el paso del tiempo se requería a alguien que tuviera conocimientos en mecánica y experiencia en administración, y fui promovido a la planta como jefe o gerente de producción de maquinado bajo la supervisión del gerente general de esa división, un americano. Al pasar el tiempo me fueron dando otros departamentos hasta que llegué a ser director de planta. Estuve en ese puesto hasta que la empresa decidió que me hiciera cargo de un proyecto en la nueva planta de transmisiones que se iba a localizar en la ciudad de Irapuato, que tuve a mi cargo un año. Debido a los problemas financieros que se generaron en México, ese proyecto no funcionó y se canceló. Al regresar me nombraron director general de PINSA una empresa del grupo TREMEC que se dedicaba a la fabricación de cargadores frontales y de montacargas en la cual estuve hasta el año de 1988, fecha en que se cerró debido a una decisión de los propietarios que en ese tiempo era ICA o sea Ingenieros Civiles Asociados, y Clarck (inaudible) Estados Unidos, mismos propietarios de TREMEC.
Para el año de 1989, un compañero de la empresa en donde trabajábamos me solicitó que me hiciera cargo de la gerencia regional de una oficina que se dedicaba a la selección de personal para lo cual me propusieron que fuera el gerente de una caja de ahorro de la adscripción de industriales de Vallejo, eso fue en 1990 y parte de 1991, donde tuve el llamado para cooperar con el entonces candidato a Gobernador del Estado, licenciado Enrique Burgos García a cooperar con su campaña, con la idea de que a los tres meses yo me regresaría a la Unión de Crédito o Caja de Ahorro que estoy mencionando.
El nombre era Unión de Crédito, Asociación de Industriales de Vallejo en la ciudad de México y con una sucursal sede en Querétaro que se haría cargo de la zona bajío, principalmente sirviendo al comercio y a la industria. Al finalizar la campaña con el licenciado Burgos García, me ofreció que cooperara con su gobierno como secretario de desarrollo económico, función en la que estuve hasta el año de 1993, cuando el licenciado Burgos me solicitó que me moviera a la dirección general de QRONOS, que era la entidad que tenía bajo su mando y supervisión todas las propiedades del Gobierno del Estado de Querétaro y donde me tenía que hacer cargo de todas esas propiedades, de los hoteles, lo que se refería al Estadio, al Auditorio, pero además a los terrenos que se fueron conformando en lo que se llama actualmente Centro Sur, donde además de Gobierno del Estado, había otros cuatro socios o copropietarios de lo que se llama actualmente Centro Sur. Y también de adquirir reserva territorial por el rumbo de San Pablo.
En Centro Sur tuve el destino o la misión de poner de acuerdo a todos los copropietarios para que se pudiera efectuar el inicio de ese centro y se pudieran vender terrenos de los copropietarios a los diferentes usos de la tierra, usos de suelo, que eran tanto habitacional como comercial y nada de industrial en este caso. Logré después de un año de estar trabajando, que los copropietarios entre los cuales se encontraba Gobierno del Estado, acordaran e iniciaran las obras de urbanización (inaudible) para poder vender los terrenos; eso fue un requisito indispensable para poder echar a andar la obra, que todos estuvieran de acuerdo con el tamaño de sus propiedades, en metros o hectáreas, que cooperaran equitativamente en la urbanización para poder después empezar la venta de los terrenos. Durante el gran problema de 1994, económico, que fue un cambio de gobierno y que hubo un problema económico en México, pero se logró sin embargo que el 5 de febrero de 1995 se iniciaran las obras de urbanización del Centro Sur.
Con referencia a Centro Norte se adquirió una reserva territorial de cuarenta y dos propietarios que tenían la extensión aproximadamente al ejido de cuatro hectáreas para poder dedicar también esa zona tanto a habitacional como a comercial, lo cual se logró convenciendo a todos los propietarios de sus parcelas de vender a un precio justo, lógico, y que fue aceptado por ellos y por la asamblea general de ejidatarios. Terminado ese proyecto le solicité al licenciado Burgos me permitiera retirarme para poder tener yo un lapso de tiempo de descanso después de ese trabajo. Pero en 1995 un compañero que era asesor tanto del licenciado Burgos como de la secretaría de desarrollo económico, donde yo era el titular, que fue el licenciado David Penchina Grub, del Estado de Hidalgo y actual senador por parte de Hidalgo, me buscó para que me hiciera yo cargo de la delegación de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores que se estaba instalando en toda la república debido a los problemas económicos que se habían generado y que había una gran cantidad de gentes que ya no podían pagar sus habitaciones o sus terrenos por la devaluación que se sufrió durante 1994-1995.
El puesto de delegado en la Comisión Nacional Bancaria y de Valores fue creado con el objeto de tener un puente de comunicación entre los deudores de la banca y la banca en sí. A través de esta delegación, los deudores que tenían problemas con el préstamo que habían obtenido por diferentes motivos, con diferentes bancos, podía buscar que hubiera una conciliación entre los bancos y los deudores, caso por caso, en donde estaba presente el deudor, presentaba una solicitud la cual llevábamos ante un ejecutivo bancario para que le atendiera en nuestras oficinas y con el personal que teníamos, llegar a una conciliación de la deuda o del pago de la deuda. Ahí estuvimos durante cuatro años, siendo que como al tercer año el nombre de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, cambió a otra institución que se inició con el mismo objetivo que es la CONDUSEF, la cual tenía las mismas funciones que la Comisión Nacional Bancaria, pero más especializada en el trato, en la forma de promover el arreglo y de, en un momento dado, si no se han atendido las peticiones o las solicitudes, pues tratar de conseguir con las unidades bancarias una mejor solución a la que habían propuesto originalmente. Ahí permanecí hasta 1999, donde me solicitaban un cambio de delegación por lo cual presenté mi renuncia y me retiré ya definitivamente de las labores de trabajo.
Durante el tiempo que estuve en las empresas, también estuve como consejero, principalmente de la COPARMEX, también del Club de Industriales donde fui Presidente en el año de 1990-1991, y también estuve en el Patronato de la Universidad Autónoma de Querétaro donde permanecí también cuatro años como consejero bajo la presidencia del doctor Alfonso Ballesteros, con el cual tenía una relación no solamente en ese trabajo o en esa institución, sino también tuvimos una relación en PROARTE Asociación Civil que se dedicaba a la formación de espectáculos culturales, principalmente musicales y que estuvo funcionando con la presidencia del doctor Ballesteros y con la ayuda de varios de sus amigos durante varios años, reiniciándose o promoviéndose lo que es música y la cultura dentro de la ciudad de Querétaro.
Otra función que tuve fue en 1982 a invitación del doctor René Martínez Gutiérrez. En aquél tiempo él era precandidato para la Presidencia Municipal de Querétaro y me invitó para ser parte de su cabildo, en el cual estuve acompañando al doctor René Martínez Gutiérrez durante su periodo de tres años de 1982 a 1985.
Quiero hacer alguna remembranza curiosa referente a dos situaciones que se presentaron durante su periodo:
Un buen día, en sesión de cabildo nos llamó para que asistiéramos un día por la mañana para que lo acompañáramos a la inauguración de la construcción de un auditorio, cosa que nos sorprendió grandemente porque no sabíamos de que existía ese proyecto y él, en el camino, nos platicó referente al auditorio, que era algo que se estaba construyendo y que el entonces gobernador Rafael Camacho Guzmán le solicitó que se hiciera cargo de ese proyecto y para sorpresa de todos nosotros, de los regidores y del mismo doctor, pues que teníamos que cooperar con una cantidad “x”, para la construcción del Auditorio General Arteaga que se encuentra sobre Avenida Universidad.
Otra cosa curiosa que nos sucedió dentro de esa época fue la visita del entonces Presidente de la República a Querétaro. Como visitaba la ciudad, el Presidente Municipal debía estar presente en la recepción acompañado de su Cabildo, en presencia del entonces gobernador Rafael Camacho Guzmán. El Presidente, Carlos Salinas de Gortari, bajó en un helicóptero en los campos deportivos de la Universidad Autónoma de Querétaro que se encuentran en lo que era la carretera antigua a Celaya. En ese tiempo, vamos a decir, no existían más que campos de tepetate o de tierra, realmente no había pasto o el poco pasto que existía era muy raro. Entonces fuimos y estuvimos ahí presentes todos, muy bien vestidos, de traje y corbata, etcétera, y bajaron los helicópteros y no les cuento la bañada en tierra que nos dimos, aunque nos guarnecimos o protegimos detrás de las entonces gradas. Al terminar el evento, pues tuvimos que regresar prácticamente a nuestros domicilios para bañarnos y cambiarnos, porque estábamos totalmente bañados de tierra. Son de las cosas curiosas que sucedieron durante ese tiempo que estuve en la regiduría acompañando al Doctor René Martínez Gutiérrez.
Durante el tiempo que estuve como secretario de desarrollo económico en el gobierno del licenciado Burgos, una de las grandes y maravillosas experiencias que tuve fue el de poder conocer prácticamente todos los municipios de Querétaro debido a que cada mes o cada dos, íbamos en representación del gobernador a visitar a los Presidentes de los diferentes municipios, lo cual me permitió la oportunidad de conocer prácticamente todos los municipios de este bello Querétaro. Puedo recordar con mucho cariño esas visitas de los sábados, domingos o vacaciones a la Sierra para visitar las cinco Misiones de Querétaro en compañía de gente tan valiosa como el profesor Eduardo Loarca, el cual tuve la oportunidad de conocer y de ser su amigo, y de visitar una a una, todas las misiones de Querétaro y que el profesor, conociendo con tanta sabiduría y acumulado tantos conocimientos durante su vida, nos diera una descripción total y muy completa de cada una de las Misiones. Es un recuerdo imborrable el cual también me permitió conocer otra faceta muy interesante que es el huapango. Tuve la oportunidad de asistir cuatro ocasiones a la catedral del huapango que es San Joaquín. Así es como le llamaba la gente y así es como se me queda en el recuerdo; San Joaquín y su huapango es algo que tiene que enaltecer no solo a los naturales de esas regiones sino a todo Querétaro.
Otras cosas que han sucedido en mi vida son de importancia, pero creo que las de mayor importancia han sido mi familia y los valores de la honestidad y la lealtad que siempre he tenido como divisa de mí actuar en este mundo.
Eso es todo lo que puedo contar de mi parte. Agradezco a las personas que me solicitaron que plasmara parte de mi vida, tanto en la ciudad que nací, la ciudad de México, como en la bella ciudad de Querétaro, donde ya cumplí cincuenta años. Nunca pensé moverme a Querétaro, pero les puedo decir que nunca me he arrepentido de estar aquí o de estar viviendo en esta bellísima ciudad.”