No han podido limpiar todavía dos de los principales monumentos de la ciudad: el dedicado a doña Josefa Ortiz de Domínguez, en pleno Centro Histórico y el emblemático Acueducto, grafiteados ambos el año pasado durante las protestas feministas. En el caso de la columna y conjunto escultórico de La Corregidora los hechos se produjeron el 25 de noviembre en el marco del Día de la eliminación de la Violencia contra la Mujer. Las pintas en Los Arcos fueron hechas antes, el 28 de septiembre en la marcha para exigir la legalización del aborto. Las obras de restauración ni siquiera han comenzado. Echémosle la culpa también a la pandemia. Ya no hay respeto.