En opinión del cronista oficial Andrés Garrido del Toral las últimas tres columnas disponibles en el Panteón y Recinto de los Queretanos Ilustres debieran dedicarse a tres de los personajes fundamentales de nuestra historia: Juan Caballero y Ocio, Antonio de Monroy e Híjar y San Junípero Serra. Así lo afirma en entrevista con el periódico PLAZA DE ARMAS sobre las deudas históricas con los forjadores de Querétaro.
Menciona también como cuarta opción a Ezequiel Montes Ledesma, cuyos restos se perdieron en 1921 en el Panteón de Dolores en México, pero -considera- “con un nicho le basta, ya que dos municipios llevan su nombre: Cadereyta de Montes y Ezequiel Montes y la sala de plenos de la Legislatura también, con el plus de que su estatua en la Plaza Mariano de las Casas está bien hecha por el escultor Abraham González”.
Once son los ilustres con efigies en el olimpo queretano, en torno al mausoleo de los Corregidores Josefa Ortiz de Domínguez y Miguel Domínguez. A saber: Ignacio Mariano de las Casas, Josefa Vergara y Hernández, Félix Nabor Osores Sotomayor, José María Arteaga Magallanes, Germán Patiño Díaz, Valentín F. Frías, Octavio S. Mondragón Guerra, José Guadalupe Velásquez Pedraza, Juan Antonio de Urrutia y Arana, Epigmenio González Flores e Ignacio Pérez Álvarez.
Habla el conista, ex presidente municipal de Querétaro y doctor en derecho Andrés Garrido del Toral -autor de más de 30 libros sobre la historia, tradiciones y leyendas queretanas- en un café italiano de las calles de Juan Caballero y Osio, a quien él insiste en consignar con “C” en su apellido, lo cual no vamos a discutir hoy.
Llega puntual a la cita el también ex colaborador de El Periódico de Querétaro con impecable traje de corte inglés y chaleco, sus imprescindibles cigarros y una nueva obra bajo el brazo: “Chacota Peregrina”, editado por Miguel Ferro Herrera en plena pandemia, convocado a hablar sobre los personajes faltantes en el Panteón y Recinto de los Queretanos Ilustres.
Aquí el resultado del encuentro,
LOS ILUSTRÍSIMOS
PLAZA DE ARMAS: ¿Cuál es la situación de disponibilidad en el Panteón y Recinto de Honor de los Queretanos Ilustres?
GARRIDO: cuarenta y cinco nichos y tres columnas para estatua, tal como lo diseñaron en 1988 el gobernador Mariano Palacios Alcocer y el alcalde Manuel Cevallos Urueta con la vigilancia del INAH, ya que el recinto va de 1683 a 1857, que de ser panteón conventual crucífero se convirtió en Panteón Civil número 1 para pobres, gracias al fraile Mariano Aguilera.
PDA: ¿Qué personajes ilustres crees que debieran estar y no están?
GARRIDO: El estado de Querétaro es rico en personajes ilustres que, nacidos o no en la entidad, han dado mucho a la ciudad, a los municipios del interior, a México y al mundo, sin embargo hay que elaborar expedientes técnicos bien sustentados que pasen por tres filtros exigentes: El Consejo Consultivo del Panteón; la Comisión de Educación y Cultura y después el Pleno del Ayuntamiento en sesión de Cabildo.
Cualquier institución local, nacional o extranjera serias pueden hacer la propuesta pero con un expediente que se ajuste al Reglamento del Panteón. No es de ocurrencias. Nichos tenemos suficientes sin alterar la estructura del recinto, pero donde ya estamos escasos es en las columnas para estatuas y creo que le debemos ese honor con efigie entera a Juan Caballero y Ocio, Antonio de Monroy e Híjar, San Junípero Serra y Ezequiel Montes Ledesma, que si bien tienen estatuas regadas por el centro histórico queretano todavía no entran a este recinto de honor. Te estoy mencionando cuatro ilustrísimos y solamente quedan, repito, tres columnas.
LOS BENEFACTORES
PDA: ¿Por qué estos que mencionas los consideras ilustrísimos como para estatua sobre las columnas predeterminadas en el proyecto original de 1988?
GARRIDO: Porque su obra fue titánica, más los tres primeros que el jurista Ezequiel Montes. Juan Caballero y Ocio es el benefactor más grande que ha tenido la ciudad de Querétaro al haber destinado su fortuna personal a construir templos y conventos como La Congregación, las cinco capillas que estaban afuera de San Francisco, el convento de Capuchinas, el beaterio y templo de Santa Rosa de Viterbo, la Academia de Primeras Letras para niños y niñas pobres, además de derrumbar, reconstruir y mejorar nuestros originales templos, conventos y colegios, como la parroquia de Santiago, La Alhóndiga (hoy Teatro de la República), los colegios jesuitas de San Francisco Javier y de San Ignacio de Loyola (la ex prepa centro), El Carmen, Santo Domingo y San Antonio. Además creó becas de tres mil pesos oro para mujercitas vulnerables que quisieran profesar como monjas de velo negro o destinar esa dote para matrimoniarse. Así como el Rey de España Carlos III fue el mejor alcalde de Madrid al alterar la pequeña aldea madrileña del siglo XVI y modernizarla en el siglo XVIII, así Juan Caballero y Ocio y otros ricos del Siglo de Oro queretano arrasaron con las humildes construcciones del siglo fundacional, siglo XVI, para convertir a Santiago de Querétaro en la Tercera Ciudad del Reino, solamente debajo de la hoy Ciudad de México y Puebla de los Ángeles. Aunque Caballero y Ocio murió en 1707 fue bastante ordenado en sus diversos testamentos nombrando como legatarios a hombres honestos y ricos como el recio coronel Castillo y Llata, dueño de la hacienda de Carretas y muchos batanes, quienes aplicaron el dinero de la herencia en obras como La Academia y la reconstrucción total de Santa Rosa de Viterbo.
SAQUEARON HERENCIA
Si doña Josefa Vergara dejó su herencia en manos de políticos en 1809 y le saquearon su herencia quiere decir que no tuvo la visión de Caballero y ocio, cuya fortuna finalmente fue robada por los gringos cuando nos invadieron en 1846-1848, apoderándose en los territorios anexados de las haciendas, ranchos y fondos píos que pertenecían al legado del bachiller Caballero y Ocio, quien antes de donar su inmensa fortuna en favor de Querétaro le repartió la fortuna paterna de don Juan Caballero y Medina, su padre, a su hermano varón y a sus hermanas monjas.
De Antonio de Monroy e Híjar nomás te digo que fue el jefe de los dominicos en el convento de esa orden en la hoy Ciudad de México para después ser consejero del Papa Inocencio XI y del Rey de España Carlos II, General de los Dominicos a nivel mundial y el arzobispo de Santiago Compostela, catedral a la que reconstruyó con plata mexicana y su propia fortuna. Ningún pastor queretano ha llegado a esos niveles de responsabilidad.
De Junípero Serra te cuento que fue el único que pudo civilizar la Sierra Gorda, librando a los nativos del yugo de soldados y hacendados, durando en la región queretana de 1750-1758 enseñando las artes, la agricultura, la albañilería, la ebanistería, el idioma castellano, la ganadería y muchos oficios. Repitió ese modelo de trabajo en Las Californias. Nos dejó un legado patrimonial de nivel mundial como son los templos misionales pero además es el único santo que ha pisado suelo queretano.
Lo de don Ezequiel Montes como diputado local, diputado federal, Ministro de Asuntos Religiosos, Relaciones Exteriores e Instrucción Pública y Enviado Plenipotenciario ante la Santa Sede (no había Vaticano sino hasta Mussolini) ya fue superado por Agapito Pozo Balbás, Fernando Ortiz Arana y Mariano Palacios Alcocer, ya que a don Ezequiel ni siquiera lo recibió y mucho menos le aceptó sus credenciales el Papa Pío Nono.
EGOS DE LOS DESCENDIENTES
PDA: Me hablas de tres columnas y me das cuatro nombres de personajes muy ilustres, más los que se acumulen ¿Qué solución tendrías para dar cabida a más columnas y estatuas?
GARRIDO: De los cuatro sacrificaría a Ezequiel Montes Ledesma cuyos restos se perdieron en 1921 en el Panteón de Dolores en México, pero además con un nicho le basta, ya que dos municipios llevan su nombre: Cadereyta de Montes y Ezequiel Montes y la sala de plenos de la Legislatura también, con el plus de que su estatua en la Plaza Mariano de las Casas está bien hecha por el escultor Abraham González.
Pero el dar cabida a más columnas se requiere de un proyecto muy serio donde intervengan el dueño del terreno, que es el Estado de Querétaro, no el municipio de Querétaro, que simplemente lo administra por ser panteón y así lo ordena el artículo 115 de la Constitución Mexicana; que éste pague el proyecto y finalmente lo presente al INAH que custodia el inmueble como patrimonio histórico. Ojalá en un futuro se piense en ello y se eviten problemas sobre merecimientos o no para entrar como huésped ilustre y si es con estatua o con placa y nicho. Los egos de los descendientes son terribles: todos queremos lo mejor para nuestros deudos.