Cuando el señor secretario de Relaciones Exteriores Don Marcelo Ebrard (bueno para el fregado o el barrido, decían las señoras de antes), hinchó su pecho y le dijo al ciudadano Presidente de la República, “misión cumplida” porque había ido a comprar todas las vacunas del mandado (como la patita, o la gansita), de seguro pasaba por el alto el genio nacional.
Pero hace un par de días tuvo una revelación y dijo sentencioso: ¿por qué no vamos nosotros a hacer nuestras vacunas (contra el Covid19)?Y entonces soló uno más de sus lindos rollos:
“…México tiene que tener su vacuna en 2021 sí o sí, no hay ninguna razón por la cual no la podemos hacer. Estamos esperando la próxima semana la vacuna primera autorizada en México porque hay 5 en Cofepris, es decir, probablemente vamos a tener otras”.
Esta fe en la capacidad científica nacional no había sido profesada por nuestro multifuncional canciller en todo el agónico año de la pandemia. O mejor dicho, en el primer año de la pandemia, porque esto va para muy largo..
¿Sí o sí debemos desarrollar nuestra vacuna? Pues sí.
Nota:
“El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, dijo este martes que Méxicodebería poder desarrollar su propiavacunacontra la Covid-19para el 2021.
“En reunión con el Consejo Técnico del Conocimiento y la Innovación(Coteci), el funcionario manifestó:
“…Un gran gusto participar en el Informe del Consejo del Conocimiento de la SRE. Recordamos con afecto al Dr Mario Molina. Muchas Gracias a Javier López Casarín, presidente, así como a los miembr@s (nótese el uso del signo de arroba para cumplir con la inclusión de género hoy tan de moda en la corrección política), que han participado honorariamente por México.”
De acuerdo con la información surgida en la reunión del COTECI, actualmente se promueven 19 proyectos científicos relacionados con el Coronavirus, en las áreas de detección, tratamientos y vacunas.
“Tenemos que tener –instó MEC–, uno de los mejores laboratorios de seguimiento de microorganismos, no hay ninguna razón por la cual no lo podemos tener, es parte de uno de los proyectos”( Tener y no tener, como la novela de Hemingway).
“Actualmente –dice la citada información de Latinus—hay al menos una docena de vacunas en la fase 3 de los ensayos clínicos o cuyo uso de emergencia ya ha sido autorizado en algunos países. La mayoría fueron desarrolladas en laboratorios de Europa, Estados Unidos y Asia.
En México ninguno de los proyectos está en etapa avanzadas de pruebas clínicas y –como sabemos todos– los científicos disfrutan de los recortes de recursos con los cuales la Cuarta Transformación ha decidido impulsar el desarrollo nacional, incluyendo la extinción de 109 fideicomisos, algunos de los cuales guardaban relación con estos avances.
Pero el señor canciller es positivo y asertivo en sus afirmaciones, Él dice, si porque sí. Y cuando dice si, es de una claridad categórica y contundente.
“…ahora no hay razón –como dice— por la cual no podamos hacer nuestra vacuna (se podría llamar “vacunotizin” o “vacunipochtli”, como Ehécatl 4T se llamó uno de los respiradores artesanales fabricados bajo la supervisión del Conacyt). En fin, cosas del optimismo.
“En 1804 –recuerda Carmen Moran–, Carlos IV envió a México al doctor Francisco Javier Balmis y con él una cuerda de niños sacados de los orfanatos a los que se iba infectando sucesivamente con la viruela para que las pústulas (de donde se sacaban los cultivos), llegaran frescas a América. De brazo a brazo. Ese era el sistema.
“Después de aquel descubrimiento habrían de pasar cien años hasta los experimentos de Edward Jenner.”
Hoy no se preservarán las vacunas por cadenas de contagio en humanos condenados a quien sabe cual suerte, como esos niños, muchos de los cuales murieron infectados.
Hoy las vacunas desarrolladas por países capitalistas, neoliberales y sin conciencia social, se deben enfriar a temperaturas polares para lo cual nada más hacen falta los poderosos frigoríficos, cuya fabricación seguramente resolverá el Conacyt en un dos por tres, aunque deje sin refrigeradores a todos los establecimientos de Tocumbo, Michoacán, cuna de las paletas heladas y las nieves de zapote.
–¿Por qué Marcelo no había expresado esta urgencia antes?
Quizá porque como comprador por el mundo fomentaba las Relaciones Exteriores, como hizo con los chinos a quienes les compró hasta juegos de mahjong, en tanto si nos hubiera convocado a hacerlo aquí, habría sido un asunto de política interior. Quien sabe.