Bajo el manto de la incertidumbre, seguiremos analizándola en diferentes frentes. Hoy toca el tema del agua en Querétaro. Pues para mi sorpresa, en el foro virtual del pasado jueves, organizado por la CAMEXA (Cámara México-Alemana), uno de los conferencistas fue el Vocal de la Comisión Estatal del Agua en Querétaro, quien nos ofreció cifras por demás reveladoras como el porcentaje de las aguas tratadas que no rebasan el 45%, pero lo que me dejó con los ojos abiertos fue la cifra del 1% que se re-usa del agua tratada, así es sólo el uno porciento se factura.
En esta medida, frente a la incertidumbre de la disponibilidad de agua en la zona metropolitana para los siguientes 10 años, pues habrá que construir el Acueducto III y IV, para transportar los volúmenes de la Reserva Parcial de aguas (localizada en la cuenca del Pánuco de la zona serrana), que por decreto presidencial se asignaron o reservaron para los 17 municipios queretanos, del 2020 al 2080, (y digo 17 y no 18, porque el Decreto sólo contemplo a 17 municipios, excluyendo al de Amealco). Y mientras esa incertidumbre campea, en la zona metropolitana, en donde se genera la mayor cantidad de aguas residuales, que sólo se tratan un porcentaje por demás reducido, y que no se re-usan, terminan siendo vertidas a los cuerpos de agua como el Río Lerma. Con lo anterior, no sólo se desperdician los recursos financieros y energéticos de tratar el agua, sino, lo más grave, es no re-usarla y desperdiciarla.
En este sentido, como lo hemos estado insistiendo, la gestión de la incertidumbre, se gesta en los espacios micro, y en consecuencia, señalemos que, ahora que se discute en la cámara de diputados y entre los ciudadanos el nuevo Código Ambiental, mismo que contiene un capítulo sobre el agua, sería clave y estratégico, así como ya se ha colocado en la vigente legislación ambiental del estado, la obligatoriedad de tratar el agua en las empresas, desarrollos turísticos ye industrias, que se observara como obligatoriedad, el re-uso de las aguas tratadas para la industria y servicios públicos, con el fin de reducir el volumen de agua utilizada (extraída principalmente), máxime que los acuíferos en la zona metropolitana ya exhiben desde hace tiempo un déficit hídrico.
Cuando se trata de recursos naturales estratégicos para el conjunto de las actividades, es recomendable crear mecanismos coactivos para su observancia obligatoria, pues de lo contrario, no se estaría atendiendo el bien común y si despilfarrando recursos y propiciando la tendencia decreciente en la disponibilidad de agua, principalmente en las zonas metropolitanas, donde se concentra la mayor parte de la población y las actividades económicas que sostienen el crecimiento.
Pero por otra parte, en el mismo Código Ambiental, hay que darle más facultades a la Procuraduría Estatal de Protección al Medio Ambiente, como a la misma Comisión Estatal de Aguas, para que inspeccione el cumplimiento de esta posible obligatoriedad.