“Han pasado los años, y a la larga he terminado por asumir mi identidad: yo no soy más que un mendigo de buen fútbol. Voy por el mundo sombrero en mano, y en los estados suplico: – Una linda jugadita, por amor de Dios -, Y cuando el buen fútbol ocurre, agradezco el milagro, sin que me importe un rábano cuál es el club o el país que me lo ofrece”.
Con esta confesión, el maestro uruguayo Eduardo Galeano describió a la perfección la forma natural y sencilla en la cual algunos aficionados disfrutamos del balompié: con cariño, sin poses y sin pasiones exageradas mal llevadas. Ante la mediocridad de nuestra Liga Mx, el continuo crecimiento de la liga femenil es una bocanada de aire puro, fresco y alegre para los aficionados que estamos saturados de un sistema de competición varonil que permite y premia el bajo rendimiento. Y en Querétaro, esa alegría y frescura no solo aplica por el histórico y excelente desempeño que han tenido las féminas del cuadro de Gallos Blancos en este torneo de la mano de Carla Rossi; en general el futbol femenino ha ido metiéndose poco a poco en el interés del aficionado futbolero mexicano y lo mejor es que lo han hecho por que han representado y honrado los valores más básicos de este deporte. En cada partido, sin importar el rival y el nivel, las mujeres de todos los cuadros femeniles de los clubes en México, se entregan de manera honrada y leal.
El futbol es maravilloso, es un deporte que puede practicarse con amigos, vecinos o familiares y se puede jugar en cualquier lado y además, por lo regular es hereditario: se heredan escudos, anécdotas, colores, pasiones, ídolos y rivalidades, el balompié forma parte de nuestra cultura, es universal, pero, a pesar de dicha universalidad, no había permitido, debido a su purismo, la inclusión completa de las mujeres como parte verdaderamente activa. Después de tanto tiempo, la participación, competición y triunfo de la mujer en el futbol es lo que por fin lo ha convertido en verdaderamente global y ahora sí: en el deporte más popular.
Y es que el futbol también les pertenece a ellas. Históricamente, en México, la mayoría de las alegrías deportivas en otros rubros han sido dadas por mujeres, ¿por qué en el futbol no podría ser así?; la muestra la tenemos en este momento en Querétaro, donde el cuadro femenil ha logrado por primera vez en su historia un pase a la liguilla en base al orden y buen juego; y por el otro lado, la sombra: el cuadro varonil con un torneo funesto ha pateado la esperanza de los aficionados a un bote de basura. De ellos, por el momento no hablaremos más, no se lo merecen.
Pero, no todo esta ganado por el futbol femenino, aún falta mucho camino y desde nuestra trinchera todos debemos apoyar. A pesar de los resultados y buena aceptación, me parece increíble que algunos equipos profesionales no jueguen en el mismo campo principal en el que juegan los hombres o que no tengan condiciones similares, y entiendo que siempre habrá diferencias y que seguramente jamás generaran los mismos ingresos económicos que los varoniles, pero en eso radica su grandeza: en entregarse a un sueño a pesar de eso. Los que hemos pateado el balón de manera amateur, con nuestras limitantes y realidades, sabemos del amor y el significado que tiene correr con tus amigos tras un balón, y repito, ahí radica parte de la grandeza del futbol femenil profesional: a pesar de dichas diferencias que existen con su contraparte varonil, se entregan con nobleza y sin guardar esfuerzos. Vean cualquier partido del futbol femenil, ellas no especulan con el resultado, en el minuto 94 corren con la misma intensidad y siguen con la idea de ir adelante para buscar la gloria.
El futbol no solo se juega en los estadios, se juega en el llano, se juega en la playa, en la calle y sobre todo, se juega en el alma, y del alma, las mujeres saben mucho.
En esta temporada, al menos en Querétaro, nos hemos dado cuenta que ellos patearon el balón, y que ellas acariciaron la pelota.
Yo, al igual que el maestro Galeano, me he descubierto buscando y disfrutando de “esa jugadita tan anhelada”… pero, ahora lo he hecho con el futbol femenil y lo agradezco.
En Querétaro, hoy, la pelota tiene alma de mujer.
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Aprovechando el espacio, quiero desear la mejor de las suertes a mis amigos de TeamBack en su nuevo proyecto. Todo el éxito del mundo para Enrique Álvarez Garibay y para Rob García. Abrazo.