La Coordinadora de Regidores de Morena en el Municipio de Querétaro, Ivonne Olascoaga Correa, advirtió los riesgos que enfrentan diversas colonias de zonas como Felipe Carrillo Puerto y Félix Osores, por mencionar algunas delegaciones, similares a las que vivió Universo 2000, por la falta de socialización de los proyectos y las decisiones poco estudiadas de las autoridades municipales.
Subrayó que en la misma sesión de cabildo donde se acordó la reubicación del Banco de Alimentos para que los habitantes de Universo 2000 recuperaran su espacio, otras zonas perdieron áreas de donación para áreas verdes y equipamiento, como en las delegaciones Felipe Carrillo Puerto y Félix Osores.
Olascoaga Correa aseguró que las decisiones que toma la administración municipal de Querétaro de vender esas áreas, aceptar efectivo en lugar de esos espacios y autorizar cambios de uso de suelo excesivos contribuye a generar una problemática extendida, similar a la que vivieron los habitantes de Universo 2000, porque se pierde calidad de vida, tranquilidad, seguridad y condiciones para la salud.
Frente a esa práctica que se vuelve común en cada sesión de cabildo, invitó a los ciudadanos a organizarse y seguir el ejemplo de los habitantes de Universo 2000, que recurrieron a todas las vías posibles para hacerse escuchar por parte de la autoridad y defender sus derechos a una calidad de vida digna.
“Los intereses económicos, políticos o partidistas no pueden estar por encima de las necesidades y exigencias ciudadanas, por eso es importante la organización social, la defensa colectiva de los derechos, porque si un gobierno no escucha ni socializa las acciones, se necesita una población participativa que frene cualquier irregularidad”, expresó la regidora.
A nombre de los habitantes de Universo 2000, el académico Francisco Ríos Ágreda, reconoció el respaldo de la regidora para hacer público el conflicto que vivían los habitantes de la colonia y subrayó que al final los ciudadanos hicieron valer su derecho a partir de la toma de conciencia colectiva, sobre todo desde 2009 cuando se les presentó la propuesta del Banco de Alimentos.
“Expresamos claramente en la asamblea que no estábamos conforme con esa idea y que no se nos había consultado, que no estábamos de acuerdo y cómo íbamos a proceder. Hicimos una asamblea para votar entre los colonos si aceptábamos el banco o no y el 95% de la gente que asistió en la asamblea votó que no estaba de acuerdo y se rechazaba el bando de alimentos en la colonia”, recordó Francisco Ríos.
El acuerdo de cabildo de 2006 establecía que el banco de alimentos tenía un año para iniciar la construcción y dos años para concluirla, pero los plazos no se cumplieron y en 2009 se les otorgó una licencia extemporánea que no se ejecutó sino hasta 2014, cuando se solicitó una ampliación de esa licencia que el municipio de Querétaro volvió a otorgar.
Esas irregularidades fueron utilizadas por los ciudadanos desde 2015 para recurrir a la vía legal y exigir a diversas autoridades que se pusiera un alto a la ejecución de ese proyecto, que era considerada por los colonos como “un monstruo en el área verde de la colonia” y se ingresaron diversas quejas ante la Legislatura Local y la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que les permitieron recuperar el espacio, aunque todavía no se da el cambio de giro para tener un centro cultural.
Francisco Ríos puntualizó que este fue un logro de la organización social y reconoció que esta es una herramienta poderosa que se debe utilizar ante cualquier otro caso en donde no se escuche a los colonos.
Además, Ríos denunció que 3 días después del acuerdo de cabildo en favor de los colonos de Universo 2000, se violentó la decisión, ya que el Banco de Alimentos continuó sus operaciones con la entrega de despensas a personas, sin mantener la sana distancia.