Francisco Javier Meré Alcocer Ph. D.
La Diócesis de Querétaro fue propuesta por primera vez en 1710. En 1767 el Excmo. y Rvmo. Arzobispo de México Dr. Don Manuel Rubio Salinas, menciona: “Hay en este Arzobispado cuatro ciudades, además de ésta de México, pero la única digna de consideración para ser sede de una nueva Diócesis es Querétaro que tiene dos parroquias, nueve conventos de hombres y dos de mujeres y asimismo dos casas de recogimiento”. La Diócesis de Querétaro fue creada muchos años después en una época en que el país convulsionaba por las Leyes de Reforma emitidas por el Presidente Juárez. Para entender el contexto histórico del país y las circunstancias históricas previas a la creación de la Diócesis retrocedamos el tiempo y ubiquémonos en el día 5 de Febrero de 1856, cuando el Congreso Extraordinario Constituyente reunido en la ciudad de México aprobó la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos. En 1857 Comonfort fue electo Presidente y Juárez electo Presidente del Congreso y Vice-presidente.
La Constitución de 1857 no logró estabilizar al país. Entre noviembre y diciembre de 1857, el Presidente Ignacio Comonfort nombró como Ministro de Gobernación al Lic. Benito Juárez, quien fue nombrado Presidente de la Suprema Corte de Justicia a partir de diciembre de 1857. La Iglesia incitó a los oficiales de la armada en la Ciudad de México de apoderarse del gobierno, hecho que se realizó en diciembre de 1857 con el general Félix María Zuloaga a la cabeza quien disolvió el Congreso y arrestó a Juárez. El Presidente Comonfort desconoció y disolvió la Constitución de 1857, sumándose a la rebelión de Ignacio Zuloaga dando golpe de estado, encarcelando a varios ciudadanos y al Presidente de la Suprema Corte de Justicia, Lic. Benito Juárez, Dos días después de aceptar el Plan del general Zuloaga que proponía efectuar una nueva convención, la Ley Lerdo y la Ley Juárez fueron anuladas. 70 miembros del Congreso dijeron que Comonfort había fallado a sus funciones como Presidente y el 21 de enero de 1858 partió al exilio.
El 11 de enero de 1858, Juárez fue liberado y escapó a Querétaro a refugiarse nombrándola Capital de la República. El 19 de enero de 1858, Juárez asumió la Presidencia de la República por primera vez por ministerio de ley en la ciudad de Guanajuato, para oponerse al pronunciamiento conservador del general Zuloaga, surgiendo como el hombre fuerte del gobierno conservador en la Ciudad de México el General Miguel Miramón en contra del pronunciamiento liberal del Lic. Juárez.
En mayo de 1858, Juárez estableció la sede de su gobierno en Veracruz, donde prosiguió con sus reformas radicales y con apoyo del grupo liberal expidió en julio de 1859 las Leyes de Reforma, que declaraban la separación entre la Iglesia y el Estado, la ley sobre matrimonio civil y sobre registro civil; la de panteones y cementerios, y el paso de los bienes de la Iglesia a la nación.
La promulgación de las Leyes de Reforma produjo en el país levantamientos armados de la población desencadenándose luchas armadas entre reformistas y conservadores, lo que desencadenó la guerra de reforma que duro tres años (1858-1860), entre los conservadores que desconocían la Constitución y los liberales que la defendían. Para financiar la guerra los conservadores vendieron bonos, con un enorme descuento, a banqueros europeos y los liberales financiaron su guerra con mercancía confiscada en el puerto de Veracruz, con lo cual controlaron rápidamente el conflicto, y con propiedades confiscadas de la iglesia. Juárez aprobó muchas leyes y confiscó las propiedades de la Iglesia bajo la ley de julio de 1859, nacionalizando todas las propiedades de la Iglesia con excepción de los edificios usados actualmente para el culto y la instrucción y nacionalizó los cementerios y los registro de nacimientos y matrimonios, los que pasaron en poder de las autoridades civiles. Finalmente el gobierno separó la iglesia del estado garantizando la libertad religiosa de los ciudadanos.
A finales de 1860, los seguidores de Juárez, encabezados por el General Jesús González Ortega, derrotaron a las fuerzas conservadoras de Miguel Miramón quien huyó a Francia, hecho que condujo a los liberales a la victoria sobre los conservadores poniendo fin a la guerra de Reforma, estableciendo el Presidente Juárez su gobierno en la ciudad de México en enero de 1861, lo que no significó la paz del país, las guerrillas conservadoras seguían vigentes por muchas partes y la intranquilidad continuaba por todo el país. La persecución contra Obispos y católicos opuestos a la Reforma y al Tratado Marlene – Ocampo era cotidiano.
En enero de 1861 se intervinieron los diezmatorios y curatos de la Iglesia Católica, bajo la justificación de que el clero era el principal promovedor, sostenedor e instigador de la rebelión de Tacubaya y de la guerra de Reforma, de modo que pagaría con sus bienes los perjuicios ocasionados al país. Juárez expulsó al Nuncio Papal y a varios ministros de Ecuador y España. El 21 de enero de 1861 salieron desterrados del país por orden del Presidente Juárez, cinco Excmo. Prelados, entre ellos Don Clemente de Jesús Munguía, Obispo de Michoacán, Primer Arzobispo de Morelia, a quien Su Santidad Pio IX estimaba en mucho, pues a sus preclaras virtudes episcopales unía conocimiento cabal y claro de la Iglesia de México. El 15 de junio de 1861 Juárez fue electo Presidente Constitucional para continuar en la Presidencia y prometió defender México.
Monseñor Don Clemente de Jesús Munguía, Obispo de Michoacán, Primer Arzobispo de Morelia, desterrado del país el 21 de enero de 1861 por orden del Presidente Juárez, habló varias veces durante su destierro con el Sumo Pontífice Pio IX sobre la urgentísima necesidad de erigir nuevas diócesis en la República Mexicana, donde existían las diócesis de México, Puebla, Oaxaca, Yucatán, Guadalajara, Durango, Monterrey, Sonora y Michoacán, lo que se dignó hacer Su Santidad en vista de los juiciosos informes del Excmo. Sr. Munguía, creando siete nuevas diócesis siendo por orden cronológico: Chilapa, Tulancingo, Veracruz, Zacatecas, León, Querétaro y Zamora, más el Vicariato Apostólico de Tamaulipas, además el Papa elevó a la categoría de Arquidiócesis Morelia y Guadalajara con lo que el país elevó su número a doce. La proclamación de la Bula Pontificia de erección de la Diócesis de Querétaro fue el 26 de enero de 1863 y la proclamación de las siete Diócesis por el Papa Pío IX fue en el Consistorio del 16 de marzo de 1863.
La Arquidiócesis de México comprendía el Distrito Federal, Estado de México, Hidalgo, Querétaro, Morelos, San Luis Potosí (partidos de Tancanhuit, Valles y Tamazunchali), Veracruz, Tampico (Cantones de Ozuluama y Tantoyuca), Guanajuato (Distritos de Casa Viejas y Xichú), Guerrero (Taxco, Teleolapan, Chilpancingo, Iguala y Acapulco), Puebla (Huauchinango, Huayacocotla) obispado extremadamente grande cuyas visitas del obispo eran extrañas y desconocidas en las zonas más lejanas.
La Diócesis de Querétaro, del latín: Dioecesis Queretarensis, es una sede de la Iglesia Católica, que se erigió conforme a la Bula Pontificia de erección de la Diócesis de Querétaro “Deo Optimo Maximo” del Papa de la Inmaculada Concepción Pío IX el 26 de enero de 1863, proviniendo la tierra de la Arquidiócesis de la Ciudad de México y de la Diócesis de Michoacán (ahora Arquidiócesis de Morelia). De estos últimos, que al mismo tiempo fue elevado al rango de arquidiócesis metropolitana, fue originalmente sufragánea. Al crearse la Diócesis contaba con 22 Parroquias, creando el Quinto Obispo Excmo. Sr. Dr. e historiador Don Francisco Banegas y Galván, el 30 de julio de 1921, la Parroquia del Sagrado Corazón (parroquia 23) con sede en la Iglesia de Santa Clara nombrando al M.I. Sr. Canónigo Alberto Luque Villaseñor como Primer Párroco. El 5 de noviembre de 1988 la Diócesis se convirtió en sufragánea de la Arquidiócesis de San Luis Potosí hasta el 25 de noviembre de 2006, cuando se incorporó a la provincia eclesiástica de la Arquidiócesis de León, perteneciente a la región eclesiástica del Bajío, la Diócesis incluye todo el estado de Querétaro y siete municipios del estado de Guanajuato Atarjea, Doctor Mora, San José Iturbide, Sata Catarina, Tierra Blanca, Victoria y Xichú, cuya sede episcopal es la ciudad de Santiago de Querétaro y cuya catedral es el templo de San Felipe Neri. La Diócesis, sufragánea de la Arquidiócesis de León, está compuesta de 115 parroquias, dividida en 12 decanatos y contaba en 2004 con 1.643.532 a 1.730.034 habitantes bautizados.
Recordemos que Parroquia es una palabra griega que significa conjunto de casas o de habitantes vecinos y que suele usarse para denotar ya los fieles confiados al cuidado de un sacerdote, la Iglesia en que el pastor de almas ejerce su ministerio, ya el beneficio eclesiástico que incluye la cura de almas y el derecho de hacer propios los emolumentos necesarios para la honesta sustentación del pastor, es como lo describe el Canon 216, párrafo primero, la porción del territorio diocesano a la que se le asigna iglesia propia, con población determinada y un rector especial como pastor propio para la necesaria cura de las almas, cuyos elementos esenciales son el párroco y el pueblo, como elemento material, y la cura de almas como elemento formal; todo lo demás es elemento integral. La doctrina católica segura enseña que sólo son de institución eclesiástica. El párroco es el último vínculo que une a los feligreses con el Obispo y el Papa, y es también su inmediato pastor.
Su Santidad el Papa Pío IX (Giovanni María Mastai-Ferreti) nombró al Excmo. Sr. D. Clemente de Jesús Munguía, Primer Arzobispo de Morelia, para su ejecución, el que delegó al Excmo. y Rvmo. Sr. Dr. D. José María Diez de Sollano, primer Obispo de León, el 17 de noviembre de 1863 el cumplimiento de la Bula Pontificia. El Sr. Obispo Diez de Sollano ejecutó todas las partes de la Bula Pontificia el domingo 7 de febrero de 1864, quedando canónicamente instituida como Catedral de la nueva Diócesis la Iglesia Parroquial de Santiago, no pudiéndose establecer el Seminario en el edificio contiguo de los antiguos Colegios de San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier, por estar ocupados por el Gobierno Civil desde 1844, por lo que se estableció en el edificio anexo al templo de San Antonio (que estaba destinado para habitación del Párroco), así como la residencia Episcopal (Casa del Excmo. Sr. Obispo Diocesano), Curia y Cancillería. Su Santidad nombró como Primer Obispo de la nueva Diócesis el Excmo. Sr. Dr. D. Bernardo de Gárate y López Arizmendi quien estuvo al frente de la Diócesis del 7 de febrero de 1864 al 31 de julio de 1866.
Acotaciones al margen: El Papa Pío IX nació en Senigallia Pius, Marcas, el 13 de mayo de 1792, fue ordenado sacerdote en 1819, obispo de Imola en 1832, cardenal en 1840 y electo Papa en 1846 sucediendo a Gregorio XVI. Al estallar las revoluciones de 1848, el papa rechazó el movimiento nacionalista entrando en la guerra contra Austria, cuando la revolución alcanzó los Estados Pontificios, en los que se proclamó la República romana huyó a Gaeta y se puso bajo la protección de los ejércitos franceses, napolitanos y españoles. Desde allí bendijo la campaña militar contra la República, lo que le permitió recuperar el poder temporal en 1850. Restauró la jerarquía católica en países de predominio protestante como Inglaterra (1850) y Holanda (1853). En 1854 proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción, según el cual María fue concebida en el seno de su madre, Santa Ana, sin ser alcanzada por la mancha del pecado original. Reunió el Concilio Vaticano I en 1869-70 que aprobó el dogma de la infalibilidad del papa. Fomentó el liberalismo y las reformas políticas en la administración de los Estados Pontificios.
El 20 de septiembre de 1870 padeció la toma de la Ciudad Eterna por los patriotas italianos. Este hecho puso fin a un periodo de más de mil años, en el que los Papas ejercieron el poder temporal en los llamados Estados Pontificios, es decir en Roma y en algunos territorios del centro de Italia y marcó el inicio del naciente estado italiano, haciendo de Roma la capital de la nueva Italia. El papa rechazó esta anexión y contrario al compromiso que le ofrecía el Parlamento italiano (Ley de Garantías, 1870), se consideró «prisionero» en los palacios del Vaticano hasta que murió en 1878.