–¿Cómo te fue en el trabajo?
Esa pregunta se la hacen al final del día, millones de mujeres a sus esposos (o millones de esposos a sus mujeres) en todo el planeta. Pero muy pocos pueden contestar:
–La empresa hizo un negocio de 68 mil millones de pesos de utilidades brutas. Nada mal. Y todo eso porque 242 de mis empleados más fieles, ciegos, pero fieles, votaron para extinguir los opacos y corruptos fideicomisos de otros tantos fondos. Ahora ese dinero ha caído de este lado.
–¿Y cuando eso se acabe? ya ves cómo duraron poquito los colchoncitos y los guardaditos, hasta Herrera se quejó en público”.
–Pues ya veremos, ahora vamos a celebrar ese bonito paquete de dinero. Ya verás cómo lo vamos a aprovechar ahora con las elecciones del año entrante: hartos programas sociales, dinero para allá y para acá, porque el pueblo todo agradece y por agradecido nos regala su voto. Ahora si vamos por todo, todito.
Esa conversación es absolutamente falsa. Es una “fake news” o a lo mejor ni siquiera eso., Lo real, lo cierto y verdadero es esto:
La cámara de Diputados en seguimiento de una instrucción presidencial y con el empuje de una aplastante mayoría en la legislatura, determinó por 242 votos en favor, 178 en contra y 7 abstenciones, la extinción de 109 millones de pesos cuyo monto de 68 mil millones de pesos, será administrado ahora bajo las mismas condiciones de opacidad por las cuales (supuestamente) fue suprimido.
Así se fueron a pique fondos destinados a víctimas del crimen y las violaciones de Derechos Humanos; investigadores, mecanismos de protección a periodistas (los cuales en verdad servían para poco), cineastas y una variedad muy notable (109 rubros), de creadores, estudiosos e intelectuales.
Nada. A rajatabla, todo para la hucha del gobierno cuya necesidad financiera en la cultura de la dispersión interesada –la clientela político electoral–, no tiene fondo, aunque acabe con los otros fondos.
Muchos han comparado esta confiscación de los fondos, con el restablecimiento de la “partida secreta” del presidente de la República, esa cuya existencia fue tan censurada y criticada por el actual presidente cuando no conocía aun las mieles de una jefatura de Estadio desde la cual el mundo se reconstruye a su imagen y semejanza.
“Es lamentable”, dijo el diputado Jorge Arturo Espadas. No deja de tener gracia: el señor Espadas critica los “sablazos”.
“Si estos recursos se reintegran a la Tesorería de la Federación este año, no pueden saltar el año presupuestal, el presupuesto es de ejercicio anual, no le vengan a mentir a las víctimas, no le vengan a mentir a los periodistas que están sufriendo violencia, no les vengan a mentir a los científicos, a los que esperan una beca, un apoyo, a los deportistas”, dijo el diputado Fernando Galindo quien fue subsecretario de Hacienda en otros tiempos.
Muchas cosas generan desconfianza en este tipo de asuntos. Pero hay algo bien notorio: cuando una idea necesita la defensa de alguien como Dolores Padierna, no puede ser una buena idea. Si esa calidad tiñe las decisiones hacendarias, mal andan las cosas.
Ayer la señora Padierna de Bejarano, si le colocamos el nombre de casada, reiteró, palabras más, palabras menos, la potestad exclusiva del gobierno para manejar el dinero público. Ya lo había dicho:
“…El Comité de los Fideicomisos toma las decisiones además con una flexibilidad inconmensurable, y sí son auditables pero siempre argumentan el secreto bancario y 15 años van que no se les puede auditar por parte de la Auditoría Superior de la Federación (ASF). Pueden invertir el dinero en el mercado financiero con fines especulativos obteniendo ganancias importantes por concepto de intereses que quedan fuera del control presupuestal y de la Cuenta Pública…”
Pero otro hecho real es la indignación de algunos y yare, con motivo de esta “expropiación”, muchos protestaron allá mismo en San Lázaro, pero nadie se levantó para ayudarles.
Y esto circuló desde la tarde (Crónica):
“Una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos señala que la diputada Dolores Padierna y sus colaboradoras jalonearos y expulsaron a empujones de un salón de la Cámara de Diputados a familiares de desaparecidos.
“El hecho habría ocurrido el 1 de octubre, después de una reunión en la que los familiares solicitaron a la emblemática diputada morenista que no desapareciera un fideicomiso desde el que víctimas en casos graves reciben diversos apoyos y compensaciones contempladas en la Ley de Víctimas vigente”