Dentro de lograr el mando total o denominado único, sería el objetivo de mayor claridad en el contexto de la recién constituida Organización de las Naciones Unidas, la reunión en San Francisco Ca. Dejaba entre cierto algunas ideas que acompañan a esta perspectiva, de permitir la pacificación del globo terráqueo, pero en contexto total, estamos ante la presencia de organizar al mundo para lograr un control y evitar a toda costa que se genere un nuevo conflicto mundial, o al menos, esa era la respuesta.
Oficina de Franklin Delano Roosevelt, 3 de diciembre de 1941.
Por la cabeza del mandatario han pasado varias opciones desde que los informes de inteligencia revelan la posible intromisión de Japón a territorio norteamericano, las constantes pláticas entre Jorge VI —Rey de los territorios de Canadá y Reino Unido— quien también sospechaba según sus informantes de la posible fricción con Japón y el ataque a Hong Kong —custodiada por el ejército canadiense entre ellos el primer Cuerpo del Ejército de mujeres canadienses— tenían al mundo en una perspectiva de eliminar cualquier resquicio alemán posible.
Las llamadas telefónicas dejaron de hacerse por cuestiones de inteligencia, y solo con un traductor de código era posible se comuniquen.
En la oficina estaba el presidente Roosevelt, su asesor de código y el vicepresidente John Nance Garner IV; del otro lado del telégrafo en clave, se encontraba el equipo del Rey Jorge VI.
—En corto posibles ataques de Japón, se preparan para ataque naval y aéreo, no se distingue los objetivos.
—Es de saberse que atacarán la franja norteamericana, pero Hong Kong está en alerta máxima, es posible blanco principal.
—Posibles ataques a la franja del pacífico de México y Centro América, los japoneses miden el territorio, nos han avisado del gobierno mexicano.
La estrategia de Japón era comenzar hostilidades del lado del pacífico, debido a que Europa colapsaba y solo era apoyada por los americanos, los canadienses y México, como principales aliados de Inglaterra, el Raj Británico —India— comenzaba la alianza para lograr evitar la expansión e Alemania.
El mundo ese diciembre comenzaba a ver un nuevo frente de batalla que en ninguna parte de la historia de la humanidad se había dado, una base secreta de los norteamericanos — Pearl Harbor en Hawái— estaba siendo constantemente fotografiada por aviones sin insignias y pequeñas veletas de turistas.
—Entonces su majestad, estamos ante la posibilidad de aliarnos los mexicanos, los canadienses y nosotros para lograr el dominio de la zona y evitar la inserción de inteligencia alemana, el presidente Manuel Ávila Camacho ha sido claro de que su país está del lado de nuestras intenciones.
—¡Que viva México! — mandó el mensaje el Rey Jorge VI…
El protocolo obligaba a que se volviera a mandar el mensaje codificado si no se entendía…
—Reforzamos: ¡que vivan los mexicanos!
Así se colocó en los reportes de comunicación de los norteamericanos para aquella agenda en código de transmisión.
Oficinas de la OCDE, congreso de embajadores y ministros representantes de países miembro de la organización, el tema de agenda: Pensiones y PIB —Producto Interno Bruto— Suecia 2009.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es una organización internacional cuya misión es diseñar mejores políticas para una vida mejor. Nuestro objetivo es promover políticas que favorezcan la prosperidad, la igualdad, las oportunidades y el bienestar para todas las personas. Nos avalan casi 60 años de experiencia y conocimientos para preparar mejor el mundo de mañana, leía el joven Retiñere Jürgen en un panfleto.
En lo que esperaba su turno en la larga fila para el congreso mundial de la organización, con la firme agenda de establecer las políticas para lograr una disminución de las pensiones a trabajadores, cuyo nivel de vida ya ha excedido por mucho, lo diseñado desde su conformación.
Actualmente, decía la información anexa de la carpeta, las pensiones representan para los países miembros el 10% del producto interno bruto en promedio de los países avanzados y el 13.7% de los países colocados en sistema de pensiones nuevas o de recién adquisición.
Se miran desde embajadores plenipotenciarios, gobernadores de bancos e inclusive accionistas de aseguradoras que le dan cuerpo a un sistema de pensión —aquel dinero ganado por el trabajador e implícito en un texto de derechos humanos que sorpresivamente fue borrado, dando agenda a otros temas, como el aborto y la eutanasia— preside el congreso el presidente del Fondo Monetario Internacional el francés Dominique Gaston André Strauss-Kahn.
Dentro de todo el evento la mesa de trabajo que mayormente llama la atención del joven Retiñere Jürgen era aquella con el quehacer del nuevo control del sistema de pensiones y las medidas “urgentes” para lograr menguar las deudas que se están generando a nivel mundial por país, para evitar la banca rota, o el quiebre de estos pagos.
La conferencia magistral comenzó con una introducción acerca del rol y la relevancia de comenzar a bajar las pensiones en los países cuyo nivel de vida ya estaba por encima de los 80 años, es decir, los pensionados tenían ya entre 20 y 35 años promedio de paga de pensión sin producir dentro de la población altamente activa.
Eso repercutía en las finanzas de los países, máxime de aquellos como Chile que apenas lustraban su excelente sistema de pensión denominada “afores”.
Con el paso del tiempo las mesas de trabajo se enfocaron en desarrollar “ideas innovadoras” que lograran disminuir este lastre que, si no se hacía algo de inmediato, colapsaría el sistema mundial de financiamiento y no habría manera de volver a las personas a sus campos activos, no solo por la edad, sino porque las pensiones eran un derecho ganado, inclusive suscrito en las comisiones de Ginebra y Beijín en 1990.
El presidente del Fondo Monetario Internacional Dominique Gaston fue enfático que las propuestas debían de solventar el bien financiero, antes que el bien común, que los sistemas neoliberales actuales y de globalización evitarían que futuras generaciones tuvieran acceso a este tipo de derechos —las pensiones— inclusive, borrándoles de los convenios y tratados internacionales por todos los países, a lo cual la votación fue a favor de sí.
Toda la concurrencia estaba al tanto de la lectura de las propuestas, que iban de los suave y alentador —como el de aumentar los años para lograr una pensión de 65 años promedio a 72 — hasta las más descabelladas: votar a favor de la eutanasia en los países “desarrollados o de primer mundo” y dejar al estado la posibilidad de lograr terminar con una sana muerte —el término se busco fuera de los más suave, no se logró—.
Al término del primer día de sesiones las conclusiones fueron enviadas por correos electrónicos a todos los participantes con la intención de que la información estaba clasificada de “exclusiva” a los participantes de la reunión, Retiñere Jürgen le quedo claro el aspecto, pero la idea de lograr una eutanasia mundial dentro del orden de ideas principales aún le perforaba la razón.
Habría que cambiar las leyes de todos los países participantes, los de tradición latina como Italia o Grecia —esta última sumergida en una crisis financiera sin presidente y ya embargada por el mismo Fondo Monetario Internacional— no estarían en condiciones culturales y antropológicas de rendir cuentas a esta dinámica, votar por aumentar la edad de los pensionados es la más clara y correcta que a modo de aquellos bioéticos que participaban en la plenaria.
—Darle la potestad al estado de establecer un mando de eutanasia para su población puede ser utilizada con distorsionadas tomas de decisión, inclusive si se habla de “limpias” poblacionales y caeríamos en un sistema de la Alemania de la segunda guerra mundial— pensaba el joven sacerdote sueco Retiñere Jürgen.
Se fue a dormir seguro de las pesadillas no le dejarían dormir, los temas expuestos en la plenaria de aquel día caían en verdaderas barbaridades, como el de tener una edad para morir, es decir, que el estado tuviera como ley el de que la población al llegar a los 80 años debía decidir si vivir o dejar de hacerlo, por medio de aplicación de la eutanasia, así de increpantes eran las propuestas.
Hong Kong, 7:56 de la mañana, 8 de diciembre de 1941.
El Mayor británico Christopher Michael Maltby, encargado de la guarnición militar canadiense —en su mayoría mujeres— miraba con sus binoculares hacia el puerto, unos pequeños destellos de luces incandescentes le llamaban su atención, en los tiempos de guerra todo tiene un significado, un canal de que algo suceda, es ya su experiencia de varios años al mando del puerto, que le permite intuitivamente saber que algo pasará, pero ¿qué?
Doce bombarderos japoneses terminaron con los únicos seis aviones de combate del puerto, de manera sorpresiva no fue posible repeler el ataque, los aviones cazas nipones daban en el blanco con excelso tino y pulcritud, los batallones de Hong Kong —sin nada de adiestramiento— fueron sorpresivamente masacrados.
Los buques con el ejercito y su infantería bajaron al puerto y en batalla cuerpo a cuerpo terminaron por colocarse dentro de Hong Kong, tomando la caída el día 18 al 20 de diciembre de 1941, los británicos y canadienses fueron asesinados por el ejército y el puerto estaba listo para la inserción y toma de la región por parte de los nipones.
Así como en Pearl Harbor —un día anterior a este asalto el 7 de diciembre de 1941— tanto los norteamericanos como los canadienses se insertan a la segunda guerra mundial, siendo la necesidad de lograr ya no esconderse como apoyo a Inglaterra, sino ahora, bajo una franca alianza en contra de Alemania e Italia.
Será el ingreso a las hostilidades con todo el poder que caracteriza a los americanos, buscando aliados en México y Canadá, que ambos comercialmente les distribuían infinidad de materia prima para el poderío de ataque, con este movimiento nace la alianza de América del Norte, que será el antecedente marcado hacia un tratado de libre comercio, pero es aún temprano en la historia para hablar de ello, decía el presidente Ávila Camacho.
Oficinas de la OCDE, congreso de embajadores y ministros representantes de países miembro de la organización, el tema de agenda: Pensiones y PIB —Producto Interno Bruto— Suecia 2009.
El debate acalorado de la sesión culminó cuando los miembros de la OCDE, presidida por el francés Dominique Gaston, no tuvieron los suficientes argumentos para solventar su tesis de que las pensiones deberían de eliminarse por completo, debido a que los pensionados ya no eran población activa y que las directrices a seguir serían acerca de lograr que la eutanasia fuera el régimen de terminar con el sufrimiento de una persona de la tercera edad y que será mejor una asistencia del “bien morir”
Toda la concurrencia se desplomó cuando la idea ya estaba en todas y cada una de las mesas como conclusión de la sesión, múltiples voces se alzaron en contra y a punto del zafarrancho, los guardias de seguridad del recinto no lograban calmar a los oradores.
—¡A la moción de orden por favor…! moción de orden…
El turno le tocaba al joven sacerdote Retiñere Jürgen a quien varios especialistas esperaban hablara, por ser uno de los bioéticos de mayor relevancia en el recinto…
«… suponemos entonces estimados moderadores que la idea de insertar la eutanasia como política del estado en salud rebasa cualquier semejanza con un exterminio de la Alemania de la segunda guerra mundial, por mucho, deja claro que la intensión de la economía mundial se base en diseminar un sector poblacional en pretexto de considerarles “inservibles” o lejanos a una continua productividad… con el pretexto de que las pensiones ocupan el 13% del PIB de varios países, pregunto yo ¿qué futuro le depara a las nuevas generaciones? ¿tendrán un modo operativo hasta su vejez quien no sea pensionado? la eutanasia como las ideas de género que han venido desarrollando últimamente deja claro que la sociedad se ha convertido en un circo, donde se aceptan todos, pero solo como espectáculo…»
En su discurso estaba cuando uno de los guardias le propinó un puñetazo en el maxilar, dejándolo por completo sin conciencia.
Continuará…