Dice el frente nazi antiamlo (FRENA) que el actual gobierno federal está llevando al país hacia el “comunismo”. Y cuando utiliza este término intenta persuadir a las personas de escasa información histórico-política de que AMLO tiene la intención de convertir nuestro país en una copia burda de Venezuela o de Cuba. Siempre resaltando la difícil situación económica que estos países viven gracias al asedio constante de gringos y ultraderecha nacional e internacional. Pretenden con esto provocar miedo en la gente que conoce poco de estas cosas y por supuesto sacar raja política de estas terribles mentiras. Su objetivo es claro: desprestigiar a un gobierno federal que lucha contra la corrupción, que gobierna para todos y que le da prioridad al apoyo a grupos vulnerables, en vez de hacer lo que los gobiernos del PAN hicieron: gobernar sólo para los ricos empresarios y saquear los recursos que se reúnen con los impuestos de todos los mexicanos.
Ahora bien, cuando la ultraderecha nacional apoyada y asesorada por la ultraderecha internacional dice que AMLO nos lleva hacia el “comunismo”, lo único que pretende es presentar como “enemigo malo” a un ente que si bien pudo haber existido hace miles de años cuando se formaron los primeros grupos sociales en nuestro planeta, desapareció una vez que el Hombre descubrió la agricultura, produjo más de lo suficiente para el autoconsumo y empezó a haber acumulación de producción, a partir de lo cual pudo surgir una clase dedicada exclusivamente ya no a trabajar y a producir como todos los demás, sino sólo a “administrar” ese excedente de bienes. Por lo que una vez surgidas las clases económicas que devinieron en clases sociales, ese ente denominado “comunismo” desapareció para siempre y dudo mucho que algún día pueda resurgir, a no ser que aparezca por ahí una sociedad utópica formada por hombres y mujeres a quienes aún no haya alienado esta filosofía del capitalismo que plantea que el verdadero valor de la vida y del Hombre, así como su felicidad, deben ser adquiridos en función de la acumulación del dinero (capital) con el cual se pueda adquirir y consumir irracionalmente los productos chatarra que la propaganda capitalista propone como lo único que puede dotar de valor a los humanos.
Por ello, fracasan rotundamente los demagogos que afirman hubo una Unión Soviética “comunista”, o una China también “comunista”, o peor todavía: que Cuba o Venezuela son “comunistas”, nada más descabellado. La verdad es que este fantasma del “comunismo” ha sido utilizado siempre por los grupos que tienen un inmenso poder económico y que dominan en los países capitalistas, para asustar a la gente y evitar a toda costa que vean como alternativas otras opciones que proponen un capitalismo más humano, menos saqueador y destructor de la vida y dignidad de las personas.
Tal vez sea prudente traer a cuento la definición de comunismo que la real academia de la lengua española propone, ésta nos dice que el comunismo es una doctrina que establece una organización social donde los bienes son propiedad colectiva, o movimientos políticos desarrollados desde el siglo XIX basados en la lucha de clases y en la supresión de la propiedad privada. Supongamos que esta definición es más o menos acertada porque en efecto el comunismo sí plantea una sociedad donde no existen las clases económicas; es decir, una organización social donde no hay un grupo de súper potentados y millonarios que viven del trabajo de los demás, que son dueños de todas las fábricas, de todas las máquinas, de millones y millones de hectáreas de tierra, de enormes mansiones por todas las ciudades y también de todos los medios de comunicación masiva; mientras que los miembros de otra clase, la clase trabajadora, sólo son dueños de su fuerza de trabajo y a veces también de pequeñas casitas de una o dos recámaras donde apenas cabe su familia. Es verdad, el comunismo propone la desaparición de las clases económicas con el fin de desaparecer también la terrible desigualdad e injusticia que acarrea consigo su existencia, donde los miembros de la clase alta son siempre los más favorecidos en todo, mientras que los miembros de la otra son casi miserables en mucho.
Pero, ¿hay comunismo en Cuba? ¿Hay comunismo en Venezuela? ¿Hubo comunismo en la Unión Soviética?, por supuesto que no, el comunismo no existe ni existirá jamás como un sistema económico-social en algún país del mundo, lo que ha existido en estos países son intentos de socialismo donde se pretendió evitar que un pequeño grupo de multimillonarios se adueñaran de casi todo el país, tanto de tierras como de fábricas, empresas y comercios, e impedir también que casi toda la riqueza de un país, que es conseguida con el trabajo de obreros y campesinos, fuera apropiada por un pequeño grupo de potentados, como ha sucedido en México desde siempre. Y para muestra el siguiente botón: antes de que Salinas tomara la presidencia en México, en la revista FORBES -que publica la lista de los hombres más ricos del mundo-, sólo aparecía un rico mexicano que poseía más de mil millones de dólares, un regiomontano de apellidos Garza Sada, pero una vez que Salinas de Gortari entregó a sus amigos bancos y empresas públicas “inservibles” como Tv Azteca y Teléfonos de México a precios irrisorios, el número de multimillonarios en la lista subió a 24, lo cual evidencia de qué manera los miembros de esta clase de potentados siempre han sido los único beneficiados del actual capitalismo salvaje y bestial que atenta contra todo lo humano. Así que en estos países (Cuba, Venezuela, Bolivia, etc.) donde sus gobiernos han intentado atacar este capitalismo bestial que propicia la desigualdad, la miseria y la injusticia social, han sido ferozmente atacados por la clase nacional de multimillonarios de todas las maneras posibles, las más comunes son los bloqueos económicos, los golpes de estado, la criminalización de sus políticas económicas y sobre todo, los linchamientos mediáticos utilizando para ello los medios de comunicación masiva de los cuales ellos son los dueños absolutos.
Así que en rigor, si el comunismo no ha existido en los últimos dos mil años -ya que algunos estudiosos plantean que las primeras comunidades derivadas de la secta fundada por Saulo de Tarso, tradicionalmente llamadas “cristianas”, convivían en un régimen de comunidad de bienes-, ni existirá jamás, es evidente que este llamado a presentar como peligroso y “comunista” a todo gobierno que en vez de rescatar a los empresarios carreteros y a los banqueros fraudulentos del FOBAPROA, rescata a los más necesitados con becas para estudiantes, pensiones para adultos mayores y discapacitados, es una gran mentira, porque para empezar, ni la ultraderecha misma entiende bien qué es el comunismo. Por lo tanto, el llamado que hoy hace la ultraderecha fundamentalista de FRENA a derrocar un gobierno legal y muy legítimo con el pretexto de que es “comunista”, no es más que una soberana vacilada basada en su misma ignorancia.
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