El general Álvaro Obregón lo dijo con todas sus letras: “…no hay general que resista un cañonazo de 50 mil pesos”.
Muchos años después –en un homenaje al escritor boliviano Marcelo Quiroga, asesinado durante un golpe militar de García Meza en La Paz–, el gran novelista Juan Rulfo, quien además de escribir murmullos con voz de muerto, siempre hablaba en voz baja, contó cómo le había explicado al difunto la fórmula mexicana para someter a los altos mandos militares: haciéndolos ricos.
Su queda voz retumbó, por primera y última vez en su vida, como un grito estentóreo.
López Portillo, quien admiraba y respetaba a Rulfo, fue el más enjundioso defensor de las Fuerzas Armadas. No sólo por su devoción hereditaria (su padre participó en la Marcha de la Lealtad en defensa de Francisco Madero), sino por la conveniencia de un gobierno acosado por la crisis económica heredada y aumentada por sus delirios petroleros.
La corrupción de los militares, dijo Juan, le cuesta a México muchos millones.
Ayer el diario español “El país”, rellenó amplios espacios con una descripción detallada de los negocios castrenses al amparo de la recurrente fórmula de las facturas apócrifas, cuyo contenido fantasmal encubre gastos tan difusos como el ectoplasma de las apariciones en los vastos panteones de la corrupción mexicana.
“El Ejército mexicano –dice “El país”–, desvió 156 millones de dólares (más de 3 mil millones de pesos) a empresas fantasma entre 2013 y 2019”.
Esa publicación –cuyo contenido no le corresponde a esta columna ni respaldar ni refutar –, tiene un antecedente. El dos de diciembre del 2018, en su primer mensaje como Supremo Comandante de las armas nacionales, el Señor Presidente de la República manifestó su confianza en las Fuerzas Armadas “porque sus mandos no están coludidos en negocios al amparo del poder público”.Dijo también de los mandos navales:
“…Los almirantes no forman parte de la oligarquía, como suele pasar en otros países. En la revisión de sus expedientes veía que los generales, cuando muchos dos casos, un departamento, una casa, dos carros, no hay oficiales millonarios, mucho menos multimillonarios…”
LA NAVE
Su colaboración se llamaba, “La nave va”. Raúl Moreno Wonchee, quien ha muerto hace muy poco, solía enviar sus textos y sus comentarios. A veces llamaba por teléfono o yo le hablaba. Fueron muchos años de conocernos.
Esta es la última nave recibida y la reproduzco como una forma de prolongar su memoria.
“LO QUE SIGUE.
“En la opacidad del pandemónium, los gatos son pardos.
“Pero a medida que nos acercamos a los plazos del inflexible sistema métrico sexenal, cobra evidencia el oportunismo de baja estofa sobre el que se montó la anomalía electoral del 18.
“De ahí salió un gobierno irresponsable, indiferente a las exigencias del desarrollo nacional e insensible a las necesidades sociales y a las demandas populares. El electorado llegará a las urnas con la experiencia acumulada de los primeros quince meses de gobierno redentor que llevó a México a un retroceso nunca antes imaginado y al que la pandemia ha exhibido en su banalidad reaccionaria que colinda con la negligencia criminal.
“A la inconformidad estridente, el oficialismo respondió con una polarización extrema calculando resistir las embestidas de un oposicionismo burriciego, pero desestimando que en su desgaste, el Ejecutivo está cediendo posiciones al grupo oligárquico que encabeza el pelotón gubernamental inclinando el país a la derecha.
“Las fuerzas democráticas están obligadas a recuperar su identidad constitucional.
“Y el PRI tiene un papel decisivo en la reordenación progresista de México.
“A dos años de su triunfo electoral, Morena no ha podido resolver por la vía democrática la titularidad de su dirección que será nombrada mediante una encuesta que no expresará la voluntad política de sus militantes ni el compromiso de éstos con el ungido.
“Hace un año, el tricolor eligió a Alejandro Moreno Cárdenas como su Presidente. No fue un nombramiento ni una designación, tampoco un torneo de simpatías.
“Fue una elección donde Moreno derrotó al oportunismo y reafirmó los principios y valores de la Revolución. Ahora ha puesto en marcha una reforma estatutaria en defensa de la identidad y la función del Partido. Hará camino al andar”.
QUINCE UÑAS
“…A los acaudalados que se habían negado a cubrir la contribución, los cité a una junta, la que se llevó a cabo en el Teatro Hidalgo, y en ella les hice ver lo reprobable de su actitud…”
Álvaro Obregón, Ocho mil kilómetros en campaña