SERGIO A. VENEGAS ALARCÓN
Faustino Armendáriz Jiménez, nuevo arzobispo de Durango, se despedirá de Querétaro con una celebración para la Virgen el 31 de octubre en el Estadio Corregidora, acompañado de 20 obispos y 40 mil representantes de las 117 parroquias de la Diócesis a la que ha servido con amor y emoción durante más de ocho años.
Así lo comenta en exclusiva a PLAZA DE ARMAS todavía con la sorpresa de su nombramiento –“no me voy, me llevan”- pero dispuesto a tomar la encomienda que por voluntad del Santo Padre asumirá el 21 de noviembre como responsable de una provincia que abarca Durango y las diócesis sufragáneas de Mazatlán, El Salto, Torreón y Gómez Palacio, en donde, admite, extrañará a Querétaro, en donde aprendió las manifestaciones de piedad popular y se enamoró de su centenaria Peregrinación al Tepeyac.
El noveno obispo de Querétaro tenía la seguridad de permanecer aquí, en donde ninguno de sus antecesores había sido trasladado a otra sede episcopal, por lo que deja muchos planes pendientes, incluido el de la catedral y nuevas parroquias, que quedarán en la decisión de su sucesor, cuya designación podría tardare un mes, dos, seis o hasta un año.
El proceso de elección, explica, comienza hasta que el obispo ordinario toma posesión en la nueva sede. Mientras tanto se queda al frente un administrador apostólico, que puede ser un obispo de la región, el arzobispo de la provincia o un administrador diocesano, probablemente el vicario general.
De esto, de sus mayores experiencias como pastor de los católicos queretanos y llevándose en el corazón la consigna de San Junípero Serra, de mirar siempre adelante y nunca retroceder, don Faustino habla sin reservas ni reloj con los reporteros de este medio como lo hizo decenas de veces, desde que nuestro director editorial lo entrevistó en la diócesis de Tamaulipas.
Va a extrañar mucho a Querétaro, declara –“aquí se queda parte de mi vida”- y espera regresar en viajes de descanso.
PARTIRÁ EL 20 DE NOVIEMBRE
PLAZA DE ARMAS: Don Faustino, ¿cómo recibió usted la noticia de su nombramiento como Arzobispo de Durango?
FAUSTINO: Bueno, primero el hecho de que todos los anteriores obispos de Querétaro nunca habían sido trasladados a otra sede episcopal, me daba cierta seguridad de ya no ser trasladado de Querétaro y tenía cierta seguridad de estabilidad. Sin embargo en las cosas de Dios todo es sorpresa y yo sigo afirmando que fue una sorpresa. Aquí no se hace por voluntad propia sino por voluntad del Santo Padre. Como la misma gente me lo dice, “que se haga lo que Dios quiera”. Y si Dios lo quiere, quiere decir que es algo bueno. Humanamente, lógicamente, se siente el despegarse de una tierra tan querida por ocho años, tan recorrida, tan caminada, tan cercana. Sin embargo, las motivaciones nuestras para abrazar cualquier ministerio o encomienda es la fe y desde la fe la asumimos con alegría. Me parece que el principal ejemplo es Jesús, su misión era dolorosa, sin embargo la asumió. Y como él, decimos “hágase tu voluntad, hágase la voluntad de Dios”.
PDA: De hecho, tenía usted proyectos de largo plazo, como lo de la Catedral.
FAUSTINO: Sí, la Catedral. Teníamos proyectos evangelizadores, teníamos intención de seguir recorriendo a pie todo Querétaro, teníamos la intención de crear nuevas parroquias, de fortalecer cada vez más la formación permanente de sacerdotes, de impulsar mucho más nuestro Seminario, incluso materialmente, nuevas estructuras. Es decir, en la mente del Obispo está una visión en prospectiva, con planes en el nombre de Dios uno realiza con sus colaboradores, los sacerdotes y los laicos.
PDA: ¿Y que va a pasar con esos proyectos?
FAUSTINO: Así como aquí, sin duda en Durango habrá proyectos pendientes a los cuales yo les daré puntual seguimiento. El nuevo señor obispo recibirá toda esta información de manera ordenada, escrita, de un servidor y él tomará las decisiones a futuro.
PDA: Usted asumirá el 21 de noviembre en Durango. Es decir que por ahí del 20, a más tardar, tendrá que estar viajando y no sabemos si para entonces ya habrá nuevo obispo en Querétaro.
FAUSTINO: No. Ordinariamente hasta que el obispo ordinario toma posesión en la nueva sede se comienza el proceso de elección del nuevo obispo. Puede tardar un mes, dos o seis, un año. Depende del proceso.
PDA: ¿Y quién se queda al frente?
FAUSTINO: Se queda un administrador apostólico, que puede ser un obispo de la región o el arzobispo de la provincia o un administrador diocesano que puede ser un sacerdote, ordinariamente el vicario general.
PDA: Porque en los dos cambios anteriores estaba presente el obispo anterior. Específicamente cuando Usted llegó.
FAUSTINO: Sí, porque (Mario de Gasperín) salió de emérito. No lo cambiaron a ningún lado. Como cumplió por edad el tiempo de la emeritez, lo dejaron aquí y lógicamente nunca quedó vacante sino que solamente estuvo vacante desde el día en que él lo anunció, que fueron como dos meses, hasta el día en que un servidor llegó, el 16 de julio.
GRAN RESPONSABILIDAD
PDA: ¿Qué significación personal tiene para usted este ascenso?
FAUSTINO: Bueno es una responsabilidad porque ser arzobispo significa asumir una responsabilidad extra de coordinación de una provincia y también de referente para el Nuncio y para el Santo Padre para la estructura de la provincia. Hay 18 provincias en México y por lo tanto 18 arzobispos. Próximamente se fundará una en Toluca, que será la número 19, con un nuevo arzobispo. Entonces, es un oficio de gran responsabilidad porque aparte de la diócesis propia, uno debe estar atento al caminar de las diócesis sufragáneas. En el caso de Durango la diócesis sufragáneas son Mazatlán, El Salto, Torreón y Gómez Palacio. En el caso de León, que es la sede arzobispal, las sufragáneas son Irapuato, Celaya y Querétaro.
PDA: ¿Qué le deja su experiencia de estos años en Querétaro al obispo que vino del norte y ahora va a regresar al norte? ¿Del Faustino de entonces al de ahora’
FAUSTINO: Bueno, evoluciona la persona, sin duda y me llevo grandes enseñanza porque, precisamente por venir de la parte norte del país, muchas de las manifestaciones y expresiones de piedad popular casi no existen por allá. Por eso, para mi me dejan un gran aprendizaje las manifestaciones de piedad popular. Yo gocé con ellas. Las asumí y sin duda me enamoré de la Peregrinación, me enamoré de aquellas expresiones marianas que tienen aquí en Querétaro y Guanajuato, porque tenemos parte de Guanajuato, y sin duda la religiosidad de un pueblo con toda una tradición, tradición incluso de mártires, tradición de grandes obispos, una tradición que ciertamente la valoro mucho y que agradezco la oportunidad que Dios me dio de estar aquí.
PDA: Allá no necesitará caminar tanto. Allá no hay Peregrinación, como aquí.
FAUSTINO: Pero las vamos a hacer. Ya tenemos planes. Hay grandes mártires. Al menos tres mártires de la Cristiada. Hay un gran santuario, hay grandes distancias y eso nos anima a caminar y a ir impulsando ya, desde ahora, tanto la misión como la peregrinación. La Arquidiócesis de Durango es cuatro veces más grande que el territorio diocesano de Querétaro. Son 85 mil kilómetros cuadrados. Aquí son 15 mil. Entonces tendremos la oportunidad de recorrer grandes distancias, a las que estamos acostumbrados quienes venimos de allá.
PDA: ¿Qué se va a llevar? ¿Qué se lleva de Querétaro?
FAUSTINO: Yo me llevo mucha gratitud de mi parte hacia un pueblo muy generoso, que quiere mucho al sacerdote, al obispo. Un pueblo religioso, un pueblo con una manifestación grande de fe. Me llevo un pueblo con muchas vocaciones y muchos sacerdotes, donde afortunadamente han sido bendecidos con pastores que están sirviendo de manera permanente a la Iglesia. Me parece que Querétaro es una diócesis privilegiada en todos sentidos, con un territorio hermoso, con pueblos y una cultura también que valoro mucho especialmente por su gente.
PDA: Hace tres años, en la Semana Santa de 2016 nos decía Usted que el tiempo cuaresmal era como subir una montaña, que es la montaña de la vida. Y ahora, usted está muy joven para este desafío.
FAUSTINO: Bueno, los años pasan. No se detiene el tiempo. Sin embargo me considero con la salud suficiente para afrontar cualquier nuevo desafío, sea geográfico, sea cultural, sea también pastoral y vamos con muchos deseos de servir. Creo que ahí está la clave. Hoy en el Evangelio aparece una expresión de los discípulos de Jesús diciendo “enséñanos a orar”. El centro de la oración es la oración del Padre Nuestro. Si Dios te pide algo, Dios te da las capacidades para realizarlo, pero me llevo en el corazón la consigna de San Junípero Serra que tanto repetimos en las peregrinaciones: siempre adelante y nunca retroceder.
SUS ANÉCDOTAS
PDA: Entre los recuerdos que se lleva, ¿alguna anécdota especialmente?
FAUSTINO: Se dio en los primeros días. Yo llegué un 16 de junio. Me invitaron en una radio a una entrevista. José Luis Rodríguez, que ya falleció, y me preguntó : ¿Va a ir a la Peregrinación? Lo ignoro. Pues una que sale de la Sierra, que es muy dura y que hay que caminar. Si usted va, yo voy, le dije. Aceptó el reto. No iba muy bien. Llegó en la madrugada. Yo llegué a la medianoche en medio de una tormenta, no sabía de las distancias. Y él llegó hasta el otro día, a Agua Zarca. Y al siguiente nos fuimos a Neblinas para iniciar la Peregrinación. Esa fue una anécdota que me gustó mucho porque asumí un reto sin conocerlo, pero creyendo en la gente. Yo no sabía la cantidad ni lo impresionante de la Peregrinación. Sin embargo me lancé. Hicimos la primera jornada, después una segunda, la tercera y así recorrimos nueve años la Peregrinación. En el último año, porque gracias a Dios me lancé a caminar un poco más, recorrí 352 kilómetros a pie y una jornada en bicicleta.
PDA: Habrá también malos recuerdos y malos momentos en estos años.
FAUSTINO: Sí. Hay momentos tristes. Uno de ellos es cuando fueron arrollados por un vehículo en la madrugada aquellos seis peregrinos. Bueno, toda una columna que venía de San Rafael, perteneciente a la Parroquia de Chichimequillas. Murieron dos niños y cuatro adultos. Ese fue un momento triste, de los más tristes que he vivido. Porque ver tendidos a seis peregrinos y la gente enojada. Fue muy triste, pero ahí estuvimos para consolarlos. Invité incluso a algunos funcionarios.
PDA: En una reciente entrevista al preguntarle sobre la participación de algunos políticos y sus familiares en la romería, nos decía Usted que era deseable que todos participaran. ¿Lo sigue creyendo?
FAUSTINO: Yo creo que sí, Mire, a la Peregrinación van con toda libertad todos. Primero porque pertenecen a una Iglesia, tienen una fe y creo que no podemos nosotros señalar a quien va o a quien no va. Por eso a mi me parece que la Peregrinación, si uno camina con la gente, la gente le cuenta sus historias. Me contaron hermosas historias de conversión de señores que antes no daban nada por Dios, que vivían una vida de gran actitud. Y llegó una Peregrinación donde Dios le tocó el corazón y cambió su vida de manera radical. Creo que también los políticos están sujetos de la conversión a Dios.
ENFRENTÓ AL DEMONIO
PDA: ¿No necesitan exorcismos? Porque ahora se habla mucho de eso.
FAUSTINO: Bueno, el exorcismo lo necesito yo, lo necesita usted. Cada confesión es un exorcismo que se hace. Pero claro el exorcismo ritual y oficial se hace cuando hay una posesión diabólica y todos estamos sujetos al demonio, a que él nos agarre. No, pero no hay ninguno que de manera especial pueda necesitar un exorcismo. Un exorcismo se hace después de un discernimiento serio y que el obispo lo apruebe.
PDA: Se ha hablado incluso de aumentar los exorcistas.
FAUSTINO: Aquí en la Diócesis tenemos afortunadamente “Ad casum”, es decir que el obispo los nombra para casos que se den. Y como estamos al centro, vienen de muchos lugares, de muchos estados. Se nos acaba de morir el más grande exorcista que ha tenido Querétaro, el padre José Guerrero, que estaba aquí en el Cimatario, pero hemos nombrado a otros que harán esta tarea evangelizadora. Porque no es fácil, ¿eh?, estar luchando contra el demonio que se manifiesta ahí, en los ojos y en la voz de la persona.
PDA: ¿Usted ha luchado contra él?
FAUSTINO. Yo tuve que estar en alguna ocasión. De palabra, sobre todo. Y están cuatro deteniéndolo porque tiene una fuerza descomunal.
PDA: Entonces ¿es cierto eso?
FAUSTINO: ¡Claro! Es cierto. No como se da en las películas. Es más tremendo.
PDA: Hubo un sentimiento de alegría y tristeza entre los queretanos al conocer su nombramiento, porque no había ocurrido, como ya decíamos, que un obispo se vaya de Querétaro.
LA DESPEDIDA EL 31
FAUSTINO: Sí, creo que la mayoría de la gente, no me atrevo a decir toda. Primero yo no pedí irme. Porque me dicen “se nos va”. No, no me voy, me llevan. “Nos deja”. No, no los dejo; me han pedido otro servicio. Sí pero me han expresado muchísimas muestras de afecto. Imposible acudir ya a todas las partes. Que las recorrí muchas veces todas las parroquias. Cientos y cientos de comunidades. Como le comentaba la vez pasada fui 94 veces ya a la Sierra Gorda y espero ir la 95 en estos días. Y lo que hicimos ya lo hicimos. Agradezco los muchos mensajes, cartas y expresiones de afecto y también de tristeza, pero al mismo tiempo de congratulación por el hecho de ser enviado a un Arzobispado.
PDA: ¿Y no ha pensado, dicho sea con todo respeto, hace una gira de despedida?
FAUSTINO: No, más bien la gente va a venir. Estoy con mis habituales, yendo a atender todos los compromisos que tenía, pero una buena oportunidad de despedida va a ser la congregación que tendremos el 31 de octubre a las seis de la tarde en el Estadio Corregidora.
PDA: Esa va a ser la gran despedida.
FAUSTINO: Prácticamente, porque es una manera de establecer un contacto. Bueno, la celebración es para la Virgen, pero de manera natural yo diré adiós ahí.
PDA: ¿Y quiénes va a estar?
FAUSTINO: Van a estar 20 obispos y 40 mil representantes de las 117 parroquias de la Diócesis.
PDA: Se le va a extrañar.
FAUSTINO: Yo voy a extrañar mucho a Querétaro, también. Sin embargo, en estos caminos de fe tenemos que abrazar a la nueva familia, sin olvidar a la anterior, pero tenemos que querer a la nueva familia y seguramente si tu quieres a otro, el otro te quiere. Entonces, regresaremos a Querétaro. Me gustó mucho Querétaro.
PDA: ¿Sí va a regresar?
FAUSTINO: Sí, de visita en algún momento. A descansar, quizá alguna vez. Querétaro atrae y a estas alturas de la vida, parte de mi vida se queda en Querétaro.
PDA: Y tendrá que adaptarse a una nueva gastronomía también.
FAUSTINO: Pues es norteña. Yo crecí ahí.
PDA: Pero no habrá las gorditas de migajas ni las enchiladas queretanas.
FAUSTINO: Las hermanitas queretanas que me van a acompañar las saben cocinar. Ellas ya aprendieron a cocinar la sonorense y la de aquí. Son de Querétaro. Y los paisanos que viven aquí les enseñaron la sonorense, pero a mi me gusta mucho la queretana. No extraño la de mi tierra. Gracias a Dios me adapto y me adaptaré a la gastronomía de Durango, que no ha de ser muy diferente. Con la globalización hay todo en todos lados.
PDA: Y ya no le van a tocar los tiempos políticos de Querétaro.
FAUSTINO: Pero me tocarán los tiempos políticos duranguenses.
LOS AGRADECIMIENTOS
PDA: ¿Algo que desee agregar?
FAUSTINO: Quiero agradecer a ustedes y a todos los medios de comunicación sus gentilezas, sus atenciones, el ser un camino de contacto entre el obispo y el pueblo, el ser un camino de buenas noticias, el poder contactar con ustedes y realizar esta tarea también que le corresponde al obispo de evangelizar a los periodistas. Y sobre todo el testimonio que he recibido de los medios de comunicación que coadyuvan con la Iglesia aquí en Querétaro. El común denominador es una gratitud. Hemos recibido muchas atenciones a través de los medios.
PDA: Gracias por su apertura hacia este periódico en particular. Se lo apreciamos mucho.
FAUSTINO: Estamos a la orden.
PDA: Y acá también lo vamos a extrañar.
FAUSTINO: Y que me acompañe El Armero a Durango. Él fue el primero que me entrevistó antes de venir a Querétaro, con Teresita Moreno, en Tamaulipas.
PDA: Muchas gracias. Muy honrados.
FAUSTINO: Y que Dios los bendiga.