LA APUESTA DE ECALA
¡Ya falta menos para la temporada electoral!
Hoy en día amable lector, le he de decir, que no existe mejor y mayores fechas en la vida de las personas, que aquella en donde se nos prometen regalos, proezas, mejoras y un sinfín de casos, en donde por supuesto el mayor beneficiado somos todos, como sociedad y comunidad, hablo claro, de las ¡las épocas electorales!
¡faltaba menos!
Que días, gloriosas promesas hacen a nuestras madrecitas, una esperanza, un guiño se vuelve un voto.
¡corren y abrazan a los niños y niñas! se toman fotos con nuestras lindas indígenas, ¡son una algarabía de bondad y proezas!
Hemos visto “súper candidatos”, heroicos que van con todo por la delincuencia; por otro lado, “las súper candidatas”, que ahora si terminarán con la corrupción y la impunidad.
También escuchamos a los “poderosos arregla todo” aquellos que, en una sentada, podrían con el tratado de libre comercio y uno que otro más.
Los más ocurrentes, harán de México la potencia nuclear estilo “el chico coreano”, este que amaga a los norteamericanos con bombas.
Y ya los más dejados de la realidad, se apoderarán de todo lo que les rodea, para ser coronados, embestidos en sus trajes de luces de oro, para parecer una pifia del Tlatoani mexica.
Total, que en esta época que se avecina, nos rodearemos de aquellos candidatos, que superando las expectativas del mismo creador del “Espaider Men”, mi compadre Stan Lee, harán de México, la gloria y la paz, el país de Alicia o la tierra de Jauja.
Y como es ya visto por todos… ¡volvemos a caer!
Este sabor cíclico, pareciera un vicio, una heroinomanía que ya a cantidades mayores, nos nutren y nos llevan a la crisis de credibilidad.
Pero ¿por qué vivimos estos ciclos y seguimos creyendo en nuestros candidatos? ¿acaso una parte de nuestra conciencia, aquella de profundidad, en el cerebro reptiliano, nos dice que será verdad…?
¡ahora sí!…
y tachamos la boleta.
Esta sociopatología pudiera ser crónica, y además, con las redes de la información y lo inmediato de los actos, podemos subir a unos al pedestal y en minutos, bajarlo.
En un estira y afloja de la comunicación intersectorial y social, de los equipos de campaña de los candidatos, los propios candidatos y la ciudadanía, ¡tan cansada de este ejercicio político!
Si nos ponemos estrictos, estamos ante la posibilidad de estar viendo, la caída del sistema político mexicano, como era antes y como posiblemente, ya no será más.
¡el tiempo da lecciones que nunca se olvidan!… a pesar de.
El hartazgo llega por todos lados, se prevé una de las votaciones para presidente en México con mayor desolación, con la mínima participación de los jóvenes, distraídos en sus mundos académicos y de lograr fuentes de trabajo, y estas últimas, cómodas para sus nuevos estándares de vida y de lograr, ¡viajar lo más que se pueda!
Los candidatos se enfrentan a uno de los monstruos de mayor fortaleza, que ha ejercitado sus músculos los últimos años, nutriéndose de las noticias, para convertirse en una masa poderosa de control de la verdad y la percepción.
¡La opinión pública ciudadana!
Que rebasa los estándares del mismo Mtro. Víctor Gordoa, a quien aprecio, y que su esfuerzo tenaz, ha dado, especialistas en imagen pública, pero jamás sospecharon sus académicos, como la Mtra, Helen Sericoff, que la opinión pública emanada de la ciudadanía, fuera ya tan grande y tan llena de un poder, que deja atrás al ya histórico Vox Populi, Vox Dei.
Ahora los equipos de campaña se enfrentan a una ciudadanía informada, históricamente sabedores del CV de los candidatos, de sus fallas y sus errores… y de aciertos ¡quien los tenga!
Además de que los candidatos deberán tener evidencia, que es tal vez la consigna por lograr, acerca de lo alejados que deben, recalco, deben, estar de aquellos “amigous” que le pueden traer consecuencias de imagen, por aquello de “me saqué la foto con tal o cual”
Nunca en la historia de México se verá una votación con la ciudadanía, atenta a todo lo que hacen sus candidatos, lo que hicieron o dejaron de hacer.
¡los tiempos! Como dicen los que saben, están cambiando.
Y Usted amigo Lector se preguntará, ¿ahora que trae este si nunca escribe de política?
Bueno, pues porque vivimos en esta comunidad tan cercana, en donde los límites no existen y las distancias son tan cortas, que en un Tuit, podemos platicar con Obama, o con Putin, o con Macron… ¡así de sencillo!
Que, si algo no nos parece, o esté fallando, le mandas un mensaje por whats a la CFE y en segundos te contesta y te atiende, sea para un apagón (que no falla en mi comunidad ante cualquier lluvia) o una fuerte explosión del transformador.
Las distancias son tan cercanas, que si algo a Usted no le gusta, ya no se tarda en solucionar en días o semanas, basta con hacerle ver a un directivo de alguna empresa el desatino, por medio de un mensaje a su celular y de inmediato una cadena de servicio, se pone a su disposición.
La industria privada, esa que en la mayoría de las veces paga las acciones de nuestros gobernantes, se prepara cada día en un servicio de excelencia, procurando que los errores fueran los mínimos, y si los hubiera, se busca una pronta restitución del mismo.
¡excelencia en el servicio! le llaman.
Ya los viejos trucos de distraer a la ciudadanía con “espejitous” quedó atrás… ¡muy atrás!
Hay un reto importante, la siguiente generación de candidatos, deben estar presentes ante la ciudadanía, con evidencia fehaciente de su calidad como trabajadores al servicio público, y les exigiremos, en medida del tiempo, su capacitación continua en los temas de la administración pública.
¡y no deseo ser ave de mal agüero para las y los candidatos! al contrario, la ciudadanía estamos para que tengamos mejores servidores públicos, que, al fin y al cabo, su sueldo, aunque no a muchos les guste o sepan, son el resultado del sistema de administración tributaria.
¡Dios perdona! El SAT no.
Ahora, una perspectiva humanista dentro de los candidatos, ¡no está de más!
Hemos en lo particular, en cada oportunidad que tenemos de entrevistarnos con presidentes municipales, diputados y senadores, hacerles sensibles de las realidades que viven sus municipios, sus estados y sus distritos, no porque no lo sepan, sino porque de vez en cuando, una recordadita, acerca del que menos tiene y menos puede, que viven en sus zonas que ellos gobiernan, no está de más.
También deseo resaltar de los programas que apoyan y ayudan a un sector vulnerable de la ciudadanía, sin caer en el paternalismo, para acercar mejores y mayores condiciones de vida, generados desde los propios servidores públicos.
¡claro que sabemos que trabajan!, pero queremos que lo hagan más, que quede evidencia de sus esfuerzos en la ciudadanía, que tengan la voluntad de que juntos, servidores y ciudadanía, podemos limpiar esta idea de que la clase política ¡toda! No vale la pena.
La ciudadanía está atenta a todo lo que pasa, las redes acompañan en este ejercicio, cada celular en las manos de un ciudadano es una ventana a la realidad, claro de una percepción de él o ella, pero ventana al fin.
Su principal contrincante esta vez, no será el otro, al que deseen vencer, sino la completa confianza y satisfacción, de que la ciudadanía está atenta paso a paso a todo lo que dirán, y de inmediato lo compararán con, lo que tienen a su alcance, y este alcance, es su celular y las redes.
En anteriores veces, las más, me han solicitado un tip, para lo que a imagen política se refiere, y en ocasiones no les gusta lo que les digo:
Sean Ustedes mismos candidatos, la persona, no el personaje, sean cercanos a la realidad que vive su comunidad, lo que la gente continuamente necesita, no es que ustedes vayan y vengan para atraer fuentes de trabajo, para ello ustedes tienen quienes hagan esa labor de vinculación internacional.
Lo que deseamos la ciudadanía, es que se pongan en nuestros zapatos, que sean sensibles, al obrero, al estudiante, a papá, a Mamá soltera, casada, viuda y divorciada… que se suban a una ruta de autobús y vivan todo el trajín, que los trabajos que se atraigan a sus lugares geográficos sean para la mayoría.
Que la educación sea para todos, sin excepción, que entren todos los niños, adolescentes, jóvenes, adultos y tercera juventud a un espacio escolar, cualquiera que este sea, y que las baterías de sus administraciones tomen como bastión, esta ruta.
Cercanos y dispuestos a ser sensibles de la ciudadanía, es como se cambiará el “chip”, para que tengamos entre todos, una comunidad de constantes satisfactores.
… ¡Ah lo olvidaba!… la ciudadanía ya nos cansamos de las peleas de ring…
Luego entonces amigo lector, no nos quejemos del México que estamos viviendo, porque en ello quede claro: ¡Tenemos el País que queremos!? Esa es mi apuesta ¡y la de Usted?…