ANTORCHA CAMPESINA
Querétaro, Estado de contrastes
A inicios del presente año, en reunión de empresarios, representantes de la iniciativa privada y funcionarios del gobierno estatal, aseguraron que el estado cuenta con las condiciones para generar un crecimiento económico de hasta 7 por ciento, derivado de las acciones de promoción de negocios y de la inversión en obra pública de 10 mil millones de pesos, cifra sin precedentes, por la administración estatal de un total de 40 mil millones de pesos aprobados para el ejercicio del presente año.
Querétaro, junto con otras entidades de la región como Aguascalientes, Guanajuato y San Luis Potosí, se ubican entre los diez estados de la república con el mejor desempeño económico, debido al dinamismo del sector industrial, automotriz, de servicios, químico y aeronáutico. Sin embargo, mientras hay quienes obtienen cada vez mayores utilidades, como es natural en una sociedad como la nuestra, los sufridos trabajadores del campo y la ciudad continúan viviendo en la pobreza y sin tener la menor oportunidad de mejorar su situación.
A finales del año pasado, el entonces Secretario de Desarrollo Social, Agustín Dorantes Lámberri, en una sesión ordinaria del Grupo Directivo de la Estrategia Nacional de Inclusión (ENI), informó que en los dos últimos años se había reducido 2.3 el porcentaje de población en pobreza extrema, ya que de acuerdo con la última evaluación del Coneval, en el 2016 el 2.9 por ciento de la población se encontraba en pobreza extrema, mientras que en el 2014 el porcentaje era de 5.2 por ciento, y la pobreza moderada se redujo del 31.8 al 28.2 por ciento en el mismo periodo de tiempo, de modo que, en total, el 31.1 por ciento de la población queretana vivía en condiciones de pobreza.
Sin embargo, aunque se ha dicho una y otra vez que Querétaro está dando pasos firmes en el combate a la pobreza y mejora en varios indicadores, hace unos días, el encargado de despacho de la Sedesoq, Arturo Torres Gutiérrez, en su comparecencia en la sede legislativa, durante el segundo día de la Glosa del III Informe de Gobierno, reconoció que en el Estado de Querétaro más de 635 mil personas viven en condiciones vulnerables y que la situación en nueve municipios es alarmante, sobre todo en la zona serrana, ya que más del 50 por ciento de su población vive en pobreza y pobreza extrema, no obstante que en el ámbito nacional la entidad es una de las que menor pobreza registra.
Tanto Torres Gutiérrez como el nuevo titular de la SEDESOQ en el Estado, Tonatiuh Cervantes Curiel, coincidieron en señalar que después de hacer un barrido en las localidades de todo el estado, son más de 700 las que presentan pobreza y pobreza extrema, de las cuales 200 son colonias o comunidades que se encuentran dentro de la capital queretana y en los municipios de Landa de Matamoros, Pinal de Amoles, Cadereyta de Montes, Peñamiller así como Tolimán.
Además, de acuerdo con la estimación de bases de datos sobre ciudades y países más grandes del mundo e indicadores para la medición de la pobreza que realiza el CONEVAL muestran, tomando los resultados de la encuesta Intercensal 2015, que la población del municipio de Querétaro con ingresos inferiores a la línea de bienestar, que incluye el costo de la canasta alimentaria y otros servicios como el transporte público, salud, educación, cuidado de la casa, cultura y recreación, los gastos mensuales de una familia de cuatro integrantes, representa más del 32%.
En Querétaro no se difiere de lo que ocurre a nivel nacional, pues otros reconocidos organismos han rebelado que en 2017 los recursos de los 10 mexicanos más ricos equivalían al total de ingresos del 50 por ciento de los más pobres, es decir, de casi 60 millones de personas. En el 2002 la fortuna de los 4 mexicanos más ricos representaba el 2 por ciento del PIB y en 2014 ascendió al 9 por ciento. Este abismal e insultante contraste que se da igualmente en el Estado de Querétaro y del que ni siquiera es responsabilidad de los gobernantes locales, confirma la necesidad de que el pueblo exija ya nueva política económica para combatir de fondo el rezago en que viven los más de 85 millones de mexicanos.