De primer mundo. Está quedando muy bonita la Alameda Hidalgo, con sus letrinas tipo Juan Barrios enfrente de la puerta principal. Eso no se le habría ocurrido ni a los tianguistas de Pablo González Loyola. Y ni se enojen con esta administración municipal, pues lo suyo lo suyo, es la privatización de los servicios. ¿A poco no?