COLUMNA PLAZA DE ARMAS
Quieren a Mejía entre nuestros ilustres
Hay muertos que sí hacen ruido: Sabino
- Listo el expediente de Fernando Díaz
- Arturo Zaldívar para presidir la SCJN
- Exhuma Garrido ánimas del purgatorio
- Presentan a Ale IV el 17 de noviembre
POR: SERGIO ARTURO VENEGAS RAMÍREZ

Ausentes.
Tomás Mejía, Juan Caballero y Osio, Fernando Díaz Ramírez, Antonio Pérez Alcocer, Fernando Loyola y una mujer, Carmelita Ballesteros, son personajes que deberían estar en el Panteón y Recinto de Honor de las Personas Ilustres de Querétaro.
En ello coincidieron la investigadora Natalia Carrillo García y el cronista de la ciudad, Andrés Garrido del Toral, al ser consultados por el periódico PLAZA DE ARMAS.
Del general Tomás Mejía, gobernador del Estado de 1858 a 1863, fusilado junto con Maximiliano y Miramón en el Cerro de las Campanas en 1867, la ex regidora y consejera cultural del Municipio, dijo que ayudó mucho a los habitantes de la Sierra y destacó siempre como un gran militar.
Igualmente consideró que merecen un lugar de honor en el panteón de nuestros ilustres el primer rector de la Universidad Autónoma de Querétaro, Fernando Díaz Ramírez y el ultimo del Colegio Civil, Antonio Pérez Alcocer, así como el eminente músico Fernando Loyola y los benefactores Juan Caballero y Osio y doña Carmelita Ballesteros de Castro.
Natalia, que promovió y logró la integración general Octavio S. Mondragón, aclaró que su iniciativa fue para reconocerlo como el promotor de la creación de la UAQ, no como gobernador.
Al preguntársele por otros exmandatarios, como Saturnino Osornio, Ramón Rodríguez Familiar, Agapito Pozo, Eduardo Luque, Noradino Rubio, Juan C. Gorráez, Manuel González Cosío, Juventino Castro Sánchez y Rafael Camacho Guzmán, contestó que ella no incluiría a ninguno, para no politizar el recinto de honor.
Por su parte el cronista Andrés Garrido del Toral compartió que el proceso de incorporación del ex rector Fernando Díaz Ramírez está muy avanzado, con el expediente listo y su estatua, incluso con la autorización de la familia.
Así las cosas en el Panteón y Recinto de Honor de las Personas Ilustres de Querétaro, iniciado a partir del Mausoleo de La Corregidora en donde reposan los restos de doña Josefa Ortiz de Domínguez y de su esposo don Miguel Domínguez.
Por cierto, uno de los últimos ingresos fue el del historiador y periodista José Guadalupe Ramírez Álvarez, rector de la UAQ y fundador de periódicos.
Ahí están los queretanos más destacados.
Pero aún faltan.
Así de fácil.
Así de difícil.
-OÍDO EN EL 1810-
Candidato.
Que el queretano Arturo Zaldívar, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, podría ser su próximo presidente. Los que saben dicen que encabeza la terna que será presentada a mediados de este mes, junto con Alberto Pérez Dayán y Jorge Marco Pardo. El último abogado queretano que encabezó el Poder Judicial fue Agapito Pozo Balbás en los años 60.
Ojalá.
-¡PREEEPAREN!-
De lujo.
“Crónicas sobrenaturales” se llama la obra del historiador Andrés Garrido del Toral presentada antenoche en el Museo de Arte Sacro y en cuyas páginas aparecen La Llorona, La Malinche, las Ánimas de Bernal, la Beata Bonita de Santa Rosa y La Planchada, entre otros personajes del más acá.
Muchos de esos textos han aparecido -¡uy!- en las páginas de PLAZA DE ARMAS, El Periódico de Querétaro.
Imperdible.
-¡AAAPUNTEN!-
Ale IV.
Alejandra Aguilar Rico, reina de las Fiestas de Navidad de Querétaro 2018 será presentada a la sociedad el 13 de noviembre próximo en el Museo de Arte, en presencia del gobernador Francisco Domínguez Servién y su esposa Karina Castro. La coronación está prevista para el viernes 7 de diciembre.
En declaración para la revista 100% Social de nuestra amiga Jaqueline Varela, la futura soberana declaró: “Es un orgullo para mí y mi familia, estoy muy emocionada y agradecida por esta distinción”.
Felicidades.
-¡FUEGO!-
Azulados.
Niega el presidente estatal de Morena, Carlos Peñafiel, tener tratos con los tres regidores panistas que se le han insubordinado al alcalde Luis Nava, sin embargo… ese partido no se ha distinguido por ser muy estricto en sus procesos de admisión.
¡Porca miseria!

